Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3301

3301 Advertencia al amor....

21 de octubre de 1944: Libro 43

El ser más interior del ser humano debe estar puesto al rojo vivo de amor si quiere entrar en una estrecha conexión Conmigo, lo que le aporta una fuerza extraordinaria.... Debe dar extraordinariamente para poder recibir extraordinariamente. Esta voluntad de cumplir debe ser un impulso interno, sin ninguna influencia externa, sin coerción y sin pensamientos de una recompensa. El amor al prójimo debe impulsarle a despojarse, ya sea de forma terrenal o espiritual. Porque siempre necesita acogida el prójimo cuya naturaleza aún no se ha convertido en amor puro. Sólo cuando tiene amor no le falta de nada, porque entonces será cuidado muy bien de Mí. Pero mientras todavía sea incapaz de aceptar directamente Mi amor y Mi irradiación de fuerza, debe ser ayudado por sus semejantes, y esta es la verdadera caridad, que el humano distribuya lo que posee en términos de bienes terrenal o espirituales, que da lo que recibe abundantemente de Mí para ayudar a aquellos que sólo pueden ser salvados con moderación por su propia culpa.

Y cuanto más da el ser humano, más recibirá de Mí, porque Me atrae notablemente hacia él a través de su amor activo hacia el prójimo y así entra en la conexión más íntima Conmigo, lo que le aporta fuerza y gracia en gran medida porque Mi amor irradia a través de él en cuanto estoy cerca de él.... Pero todo lo que se aleja de Mí será impotente.... Quien no enciende el amor en sí mismo no puede esperar amor, quien no quiere dar, tampoco puede recibir, y su vida será sin fuerza y sin luz.... Y como él mismo no ayuda a sus semejantes, no recibirá ninguna ayuda en esta necesidad espiritual.

Es cierto que Mi amor se acerca constantemente a estos humanos en forma de Mi Palabra, de modo que repetidamente se les señala la necesidad y la bendición de la obra del amor, y que se les presentan repetidamente Mis mandamientos para hacer que actúen en amor. Pero el cambio al amor lo tiene que realizar el ser humano mismo, debe encender la chispa dentro de sí mismo, ya que nadie más puede hacer esto por él, pero hasta la más pequeña obra de caridad le traerá bendiciones, lo hará feliz y le y motivarlo para seguir actuando en amor. El único camino hacia Mí es el amor.... Sólo en el amor el ser humano puede acercarse a Mí, y sólo a través del amor Me atrae hacia él, sólo a través del amor Me sigue, y sólo a través del amor puede llegar a ser perfecto....

Pero quien está irradiado de amor por Mí, sólo puede avanzar en su desarrollo porque Mi fuerza y Mi amor jamás le dejarán afuera. Me ha envuelto, por así decirlo, en un lazo irrompible que ya no puede soltarse, porque el amor se vuelve cada vez más denso; él absorbe en sí Mi sustancia espiritual, es decir, su espíritu se unifica Conmigo, se una a Mí para no volverse a separarse de Mí.... Y solo el amor puede lograr esto.... El amor es lo más precioso que puede tocar el corazón de un ser humano porque es Mi irradiación y debe hacer feliz a todo lo que emana de Mí. Pero el hecho de que un humano sienta felicidad depende de su capacidad de amar, de su voluntad de hacer el bien.

Porque tan pronto como tiene esta voluntad dentro de sí mismo, la chispa del amor se enciende dentro de él, y tan pronto como tiene la voluntad de hacer el bien, se le insta desde dentro de hacer el bien, es decir, a dar amor y establece el contacto con la fuente original del amor.... recibe porque está dispuesto a dar.... Y por eso se ha conectado Conmigo, a través de su buena voluntad. Pero cada ser humano puede reunir la voluntad para el bien, pero debe reunirla sin coerción ni influencia externa.... Sólo puede ser guiado, es decir, dirigido a lo Divino a través de Mi Palabra.... Y entonces puede actuar según su libre albedrío.... Y por eso el amor no se le puede asignar a un ser humano, sino que él mismo tiene que encenderlo en su corazón, pero la fuerza le llega según su voluntad. Pero sin amor ningún ser humano puede entrar en contacto Conmigo y, por lo tanto, nadie puede ser feliz sin amor....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise