Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3299

3299 Creer en la supervivencia del alma....

19 de octubre de 1944: Libro 43

La certeza de que hay una vida después de la muerte del cuerpo, deja aguantar al hombre mucho mejor el sufrimiento terrestre, porque contemplan ahora sus vidas terrestres solo como una etapa preliminar a la bendición a la vida auténtica en el reino espiritual. Para ellos la vida terrestre ya no significa lo más importante y por esto no dan tanta importancia a las atrocidades y el sufrimiento, igualmente reducen el valor de los bienes terrestres y de las alegrías del mundo, porque saben que se desvanecen. La vida después de la muerte para ellos es un pensamiento encantador, y también la muerte en sí misma pierde su tormento, porque no la temen, sino que la contemplan como entrada al reino espiritual. Por esto un hombre que se mueve por la tierra en la creencia en una supervivencia del alma , conlleva de cualquier manera una ventaja frente aquellos que niegan la supervivencia del alma. Los últimos buscan valorar la vida en la tierra solo en su sentido terrenal, y anhelan vivir bien y largo en esta tierra, porque se ven perdidos con la muerte de sus cuerpos. La creencia convencida de una supervivencia del alma el hombre solo lo puede ganar a través del propio pensamiento, no se lo puede pasar a través de semejantes, sino el hombre puede ser activado a pensar, y puede llegar el mismo a la conclusión que las creaciones de Dios tienen que tener sustancia duraderas, sino el creador hubiera realizado obras insuficientes. Pero todo lo que contempla el hombre es una obra de creación de forma más perfecta que la anterior, se ve un avance hacia arriba que naturalmente no puede terminar con el hombre, sino sigue en el reino del más allá. Pero no se puede aprobar al hombre si no permite como prueba a sus propios sentimientos, los cuales admiten con mucha alegría la supervivencia después de la muerte que la idea de un final terminante con el fin de la vida terrestre.... Entonces el hombre tiene que creer lo que no se le puede comprobar.... y a pesar puede tener la convicción interna que le dejan vivir conscientemente sin dudas. Porque un hombre con la fe en una supervivencia después de la muerte vive una vida terrestre muy distinta que un hombre sin creencia en esto, porque ve como propósito de la vida terrestre un desarrollo ascendente del alma hacia arriba, porque reconoce como meta a un estado de la maduración del alma que es requisito para una vida bendita después de la muerte. Contempla mucho más a su alma mientras el hombre sin creencia solo contempla a su vida corporal y sus éxitos terrestres. Se deja tocar lo que se refiere al cuerpo, alegrías o sufrimiento, porque no encuentra el equilibrio para esto en su vida del alma. En sus sentimientos y pensamientos si que se encuentra en esferas que se encuentran fuera de lo terrestre, pero no son conscientes que es la búsqueda del alma que no se conforma con los retos terrestres. Pero siempre el anhelo del cuerpo tiene más peso y recoge el alma de aquellas esferas, y le sale bien antes no se ha despertado en él la creencia en una superviviencia y puede oponer resistencia a los anhelos del cuerpo. La miseria de los tiempos aproximados se podrá aguantar mucho más fácil para los hombres que están metidos en una creencia firme, mientras a los demás se apoderará la desesperación, porque verán a su final y el saber sobre esto les causa un horror paralizante. Porque la fe siempre será un consuelo y energizante, la creencia nunca les aplasta sino levantarlos, la creencia jamás va a ser la debilidad de la voluntad, sino el fortalecimiento de la voluntad y causar igualmente una voluntad fuerte. La creencia no es nada humano, sino algo divino, aunque el incrédulo se intenta reírse de ello con desprecio.... Les falta la fuerza que sale de la creencia. Es la razón por la cual se debe esforzar primeramente, porque a partir del momento en el cual el hombre se siente inmortal, trabaja por su bien espiritual y sus éxitos en la vida terrestre no le son suficientes. La inmortalidad de su alma se le puede hacer creíble cuando lleva una vida llena de amor sin egoísmo.... sino el amor egoísta predomina y va a rechazar siempre una supervivencia después de la muerte, porque el alma es consciente de su estado insuficiente y por esto teme más bien a una vida seguida. Y por esto se tiene que predicar una y otra vez el amor para que el pensamiento del hombre cambie y se acerca a la creencia auténtica, para que vea la tierra solo como una estación pasadera y para que busque conscientemente perfeccionarse para poder entrar a la vida del más allá en un estado que le asegura öla vida eterna....

amén

Traducido por Bea Gato