Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3294

3294 Fuente de la vida.... Fuente.... Agua viva....

14 de octubre de 1944: Libro 43

Cuando se abre la fuente de la vida, la fuente de la que mana la sabiduría divina, cuando la gracia de Dios se derrama sobre un ser humano en forma de Su Palabra, este es un acto del amor más grande de Dios que no puede ser valorado lo suficiente.... Dios Mismo, el Ser más perfecto, desciende a la Tierra en Su Palabra.... Él deja que Su irradiación espiritual, por así decirlo, se derrame sobre los humano, le da un don que viene directamente de Él, que tiene su origen en la Perfección Misma y es destinado a los seres aún imperfectos. Y este don de gracia se basa en Su amor infinito, que nunca disminuye y por eso quiere constantemente hacer felices a los humanos.... pero cuán poco se lo reconoce y cuán pocos, por tanto, reciben las bendiciones de Su Palabra....

Lo que como don más grande debería hacer feliz a la humanidad pasa desapercibido, y así fluye imparablemente de la fuente eterna una bebida deliciosa que permanece indeseada. La humanidad se encuentra en la mayor miseria terrenal y no presta atención al consuelo espiritual. Se encuentra en una necesidad espiritual y no reconoce el medio por el cual podría liberarse de ella.... la humanidad pasa de largo por la fuente de gracia donde pudo refrescarse y fortalecerse, y continua caminando en el desierto seco sin fuerzas hasta que cae exhausto. Tiene una ilusión ante sus ojos, ve el mundo y espera allí placeres terrenales. Y los humanos persiguen esta ilusión, y por eso no ven la fuente de la vida en el camino, sino que pasan corriendo por delante de ella.

Pero la fuente divina de la gracia siempre se abrirá en secreto, pero se ofrecerá a todo caminante que, hambriento y sediento, quiera refrescarse en ella, porque cada uno tiene acceso a ella que la busca fuera del camino ancho. Y aunque todos los caminantes del mundo acampen en esta fuente, no se secará, porque lo que tiene su origen en Dios no tiene fin para siempre.... Y lo que tiene su origen en Dios sólo puede ser divino y convertirse en seres divinos de nuevo que se deleitan en la fuente del amor eterno. Pero Su don divino tiene poco atractivo, por obvia que sea ofrecido, para que pueda ser reconocido por los humanos como un don de Dios.

Los humanos no lo desean porque les falta la fe de lo que se les ofrece desde3 el reino espiritual. Todavía no han probado el agua de la vida y por lo tanto no saben acerca de su efectividad. Todavía se engañan a sí mismos en sus fuerza y no saben acerca de su débil voluntad, de lo contrario obtendrían fuerza de la fuente del amor eterno.... Y entonces el agua viva brota del manantial, y pierde su propósito.... se seca en la arena, en el desierto y no vivifica.... La Palabra de Dios se transmite a los humanos, y sólo unos pocos la aceptan.

La fuerza de la Palabra divina no puede hacerse eficaz porque nadie quiere recibirla, porque no la desean y no reconocen el don de la gracia de Dios como tal. Y en la debilidad de voluntad y en las tinieblas espirituales siguen sin cumplir su propósito en la Tierra porque les faltan fuerzas para hacerlo. Les falta fe en amor misericordioso de Dios hacia Sus criaturas, de lo contrario encontrarían en ello la explicación de la extraordinaria obra de Dios, que se manifiesta visiblemente a través de la presentación de Su Palabra en la forma más pura....

Sin embargo, quien no reconoce esta obra de Dios también se le puede ofrecer la Palabra de Dios en otro lugar, pero no la aceptará, porque la Palabra de Dios ha bendecido con Su fuerza es verdaderamente la más fácil de reconocer y extremadamente comprensible para cada ser humano. Quien pase por ella difícilmente tendrá acceso al reino espiritual, porque la fuente le está oculta, y no sentirá la fuerza de la agua viva porque no la desea. El don de la gracia de Dios es un don precioso, pero el Dador quiere ser reconocido y pedido por Su don de gracia, entonces da de beber a los sedientes y alimenta al hambriento de la fuente de la vida, para que les afluya la fuerza y puedan salir de la noche de la tinieblas y entrar en la luz del día, para que sean fortalecidos para su vida terrenal y puedan recorrer sin esfuerzo el largo camino que conduce a la altura, hacia su patria eterna....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise