Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3288

3288 La Palabra vivificada por el Espíritu....

11 de octubre de 1944: Libro 43

Es el Espíritu que da vida.... La palabra por sí sola está muerta si el Espíritu no la vivifica.... Y si oís la Palabra como si fuera una palabra muerta, no podéis sacar de ella ninguna fuerza, porque la fuerza es parte de Dios, que sólo se expresa a través del Espíritu. Pero cuando la Palabra está vivificada espiritualmente, es decir, que no sólo la escucháis von vuestro oído, sino con el corazón, que alberga en sí el espíritu divino, la sentiréis como una fuerza, la Palabra os hablará y vosotros estáis llenos de fuerza espiritual divina. La palabra sola habla sola al entendimiento, pero el espíritu en la Palabra habla al corazón.... La palabra por sí sola sólo tiene un valor terrenal, pero la Palabra vivificada por el Espíritu permanece existiendo hasta toda la eternidad. Porque el Espíritu es de Dios y, por tanto, la Palabra vivificada por el Espíritu es la Palabra de Dios, mientras que los humanos también tienen la palabra, pero es sólo producto del entendimiento que perece tan pronto como el humano como tal perece en la Tierra.

Palabra muerta es todo aquello que sólo toca el cuerpo pero deja indiferente al alma; Pero el alma siente la Palabra vivificada espiritualmente porque habla al espíritu en el ser humano. El Espíritu divino entra en contacto con la chispa espiritual en el ser humano y se expresa al alma en la Palabra, que, sin embargo, como está vivificada espiritualmente, es de un efecto muy profundo en el ser humano cuya chispa espiritual ha establecido la conexión con el Espíritu Padre. Y esta Palabra da vida, despierta a la vida y nunca puede considerarse una palabra muerta, porque hace que el ser humano que escucha esta Palabra entra en acción.

La Palabra de Dios nunca será una Palabra muerta, sólo la vida que hay en ella puede permanecer sin ser reconocida por los humanos mientras no se esfuercen en buscar el espíritu en ella, porque éste sólo se revela al ser humano que lo busque, que intenta sin influencia de fuera penetrar en el reino que es la patria del espíritu, entonces inconscientemente busaca el Espíritu divino.... y este ahora se revela a través de la Palabra viva.... a través de la Palabra que el Espíritu de Dios transmite al espíritu chispea en el ser humano con gran amor, entonces esta Palabra también debe hacerse efectivo ahora, porque todo lo que vive está en constante actividad, y sólo la actividad da testimonio de la vida. Pero si la Palabra es irradiada por el Espíritu de Dios, entonces nunca puede quedar sin efecto, y entonces su vida se hace evidente.

La Palabra, que está vivificada por el Espíritu, lleva en sí misma fuerza y permanece eficaz para siempre, pero sólo si toca el corazón del ser humano cuando la recibe, y no sólo el oído. Aunque también puede recibirse intelectualmente, pero entonces todavía no llega al alma humana, porque el alma sólo acepta lo que le transmite el espíritu desde dentro. Pero la Palabra que llega al corazón establece una conexión con la chispa espiritual en el ser humano, y el alma entonces puede ser enseñada por ella y así absorber la fuerza que hay en la Palabra viva.

Mientras los humanos no conozcan la diferencia entre el pensamiento del corazón y del pensamiento intelectual, les resulta incomprensible que reciban un conocimiento profundo desde dentro. Y por eso la Palabra de Dios, que verdaderamente está bendecida con Su fuerza, puede presentarse innumerables veces y sin embargo no puede irradiar su fuerza porque el ser humano no abre su corazón, porque la vida de la Palabra, el Espíritu, no encuentra acceso a la chispa espiritual en el humano, y entonces la palabra, aunque está viva, queda sin efecto y se desvanece como una palabra muerta en los oídos de los humanos, igual como una palabra que se habla sin pensar y que no está impregnada de la vida del espíritu. Pero tan pronto como una palabra es pronunciada con profundo amor, también está vivo. Porque el amor es la fuerza de Dios, que siempre despierta el espíritu en el ser humano.

Si ahora la Palabra de Dios, que es pura fuerza y amor de Dios, también es presentado por humanos que están en el amor y tratan de irradiar su amor a sus semejantes, entonces también debe tener un efecto sobre ellos, porque la fuerza del amor penetrar por el caparazón del espíritu que aún duerme en el ser humano, y éste despierta a la vida.... La fuerza de la Palabra ahora provoca también la actividad del espíritu en el ser humano, porque la fuerza de la Palabra es espíritu del Espíritu de Dios que entra en conexión con la chispa espiritual en el ser humano, y ahora la irradiación de Dios puede tocar el alma del ser humano sin obstáculos y le da al humano la capacidad y la voluntad de estar activo según la voluntad de Dios.

Pero el corazón siempre tiene que abrirse primero, es decir, la voluntad humana debe estar preparada para el obrar divino. Y en esto consiste el propósito de la Palabra de Dios, que estimule la voluntad del humano ofreciéndolo primero al oído y al entendimiento, para que entonces lleve dentro de sí la vida del espíritu por la voluntad del humano, para que viva y actúe en el ser humano para que se forme según la voluntad de Dios, que cambie su naturaleza inicialmente repulsiva y se forme a imagen de Dios.... que se convierta en amor para poder unificarse para siempre con el Amor Eterno....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise