Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3271
3271 Transmisión de fuerza.... Abrirse uno mismo.... Amigos espirituales....
27 de septiembre de 1944: Libro 42
Debéis abriros a cada irradiación de fuerza que os toca desde el reino espiritual reuniendo siempre y constantemente la voluntad de poneros en contacto con las fuerzas espirituales sumergiéndoos conscientemente en cuestiones espirituales. Esto puede suceder mediante la oración por la madurez espiritual, mediante un pensamiento dirigido a Dios en busca de voluntad y pensamiento correctos, pidiendo guía y ayuda en todos los asuntos terrenales y mediante la permanencia prolongada en pensamientos espirituales o la auto-contemplación interior. Al hacerlo, siempre dais a vuestros amigos espirituales la oportunidad de tomar el control de vuestros pensamientos, y esto siempre significa una afluencia de fuerza espiritual.
Tan pronto como pasáis conscientemente por la vida terrenal la cual os ha sido dada con un propósito espiritual, nunca seréis abandonadas por las fuerzas espirituales, y entonces ellas podrán transferiros constantemente la irradiación de la fuerza de Dios hacia vosotros, y maduraréis en vuestras almas. Aumentaréis en el conocimiento que corresponde a la verdad, vuestro estilo de vida corresponderá a la voluntad de Dios, porque ganaréis la fuerza para realizar lo que Su voluntad os dicte. Y mientras mantengáis esta conexión con las fuerzas espirituales, sólo podréis registrar un progreso espiritual, porque el amor impulsa a los seres de luz a daros lo que poseen en plenitud, y a través de sus dones tenéis que madurar.
Todo pensamiento que se dirige hacia el bien es una expresión de estos seres de luz, que por tanto percibís en vuestros pensamientos; Es la fuerza de Dios que os impulsa a obrar en amor y que también debe ennobleceros si seguís los pensamientos que surgen en vosotros, es decir, que la voluntad estimulada ahora se convierta en acción. Y la fuerza para poder realizar la acción también os llega de Dios tan pronto como os abrís a ella, es decir, la solicitáis conscientemente a través de la oración. Y este proceso de irradiación de la fuerza de Dios continuará mientras el humano mantenga la conexión con el reino espiritual, es decir, que esté dispuesto a dejarse guiar por las fuerzas espirituales, incluso cuando, en el cumplimiento de las tareas terrenales, interrumpe conscientemente el pensamiento en las cuestiones espirituales....
Porque los seres de luz saben acerca de la voluntad del ser humano, y mientras ésta no les sea rechazada por deseos mundanos o una conexión obvia con fuerzas alejadas de Dios, por acciones o pensamientos pecaminosos, no abandonan al ser humano y también lo siguen guiando al pensamiento y al obrar correctos en la Tierra. Porque tienen la misión de Dios de ayudar a los niños humanos que están luchando, y también su propio amor los impulsa a su obra de ayuda, y como son constantemente receptores de fuerza, también la distribuyen tan pronto como sea deseada. Y es por eso que el ser humano debería pedir constantemente la fuerza de Dios; No debería creer que puede dominar algo sin esta fuerza, porque vosotros, los humanos, sois débiles a menos que no se os conceda ayuda de lo alto.
Pero Dios no os deja solos en vuestra debilidad, sino que pone seres de luz a vuestro lado para vuestro tiempo de vida, que deben y pueden apoyaros en vuestros esfuerzos espirituales tan pronto como os abrís y les dais la oportunidad de tener una influencia influyente sobre vosotros.... tan pronto como entreguéis conscientemente vuestra voluntad a quienes la dirigen en la dirección correcta, porque estáis listos para el bien, porque vuestra voluntad se esfuerza hacia Dios. Esto no es un impedimento de vuestro libre albedrío, porque éste debéis dirigir vosotros mismos hacia Dios, y sólo entonces los seres de luz pueden obrar en vosotros. Y tan pronto como deseéis fuerza y ayuda, os abriréis también al influjo del reino espiritual, y seréis ricamente dotados por la fuerza divina....
Y es por eso que a menudo debéis deteneros en la oración, enviad pensamientos suplicantes al reino espiritual, entrad así en contacto con éste y sus habitantes, y entonces confiad en que pensaréis y actuaréis correctamente, porque vuestros amigos espirituales os protegen y os cuidan y no os abandonan.... Ellos siempre están a vuestro alrededor y llevan a cabo la misión de Dios para su propia felicidad.... Para transmitir su fuerza a cada niño dispuesto en la Tierra que desee esta fuerza....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise