Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3270

3270 La vocación de obrar para Dios....

26 de septiembre de 1944: Libro 42

Sois llamados a obrar para el Señor, y este llamado debe llenaros de alegría y gratitud más profundos, y vuestro objetivo tiene que ser seguir sirviendo a Dios y trabajar por Su reino. Debéis tener presente una cosa que no hay nada más hermosa que ser siervo de Dios en la Tierra, cumpliendo Su voluntad y poder trabajar para Él. Porque entonces seréis elegidos como propagadores de la verdad divina. Así que vosotros mismos tenéis que estar en la verdad para poder difundirla. Y es por eso que Dios Mismo os la trae, y esta es una gracia de un valor tan inestimable que podéis consideraros afortunados de poder participar de esta gracia, porque recibís la fuerza directamente de Dios, Su irradiación de amor, y a través de esto os hacéis capaces, como órgano de Dios, de transmitir Su Palabra a los humanos.

Tenéis un oficio, una tarea que puede tener efectos inimaginablemente beneficiosos si estáis plenamente comprometidos con ella. Por eso no debéis cejar, porque sólo una actividad diligente equilibra la gracia, es decir, sólo puede llegar a ser plenamente eficaz cuando seguís transmitiendo todo lo que se os imparte en sabiduría a vosotros a vuestros semejantes. Pero tan pronto como sois llamados a obrar para el Señor, primero debéis adquirir conocimiento, es decir, recibir la verdad divina, y Dios Mismo os da esta verdad en forma de Su Palabra, que la hace llegar a vuestra alma a través del espíritu en ella.

Así que quien oye la voz interior en sí mismo es llamado por Dios a trabajar para Él.... quien con alegría y hambre recibe los resultados del espíritu y se deleita con ellos, también está llamado a transmitirlos, porque si la gracia divina le hace feliz, también debe ofrecerla al prójimo con amor; de lo contrario, todavía está fuertemente lleno de amor propio y entonces no sería apto como un verdadero siervo de Dios. Pero Dios os envía a los humanos que carecen de cualquier conocimiento, y a ellos debéis llevarles el Evangelio.... Y así Dios os convierte en Sus discípulos, y os da la tarea de llevar Su palabra al mundo para enseñar a los pueblos y para proclamarles los mandamientos divinos....

Entonces Él os llama a obrar para Él porque los humanos primero tienen que saber de Su voluntad antes de que puedan ser considerados responsables. Y es por eso que Él necesita siervos en la Tierra que hablen en Su lugar, que tomen en serio Su llamado y que, por lo tanto, sean elegidos para ser enseñados directamente por Él.... que puedan sacar constantemente sabiduría de la fuente eterna que nunca se secará. Éstos están en la cognición, son portadores de la verdad pura de Dios porque están llamados a trabajar para Él en la Tierra. Pero también están en el amor, porque sólo el amor les permite recibir la pura verdad de Dios y transmitirla con la misma pureza a sus semejantes, porque sin el amor es impensable difundirla.

Pero si un ser humano es llamado por Dios al recibir la verdad, entonces no debe resistirse cuando el Señor lo llama, debe prestar voluntariamente sus débiles servicios, debe escuchar siempre interiormente lo que Dios le asigna, y debe obedecer inmediatamente a la voz interior, es decir, cumplir la voluntad de Dios, debe transmitir voluntariamente lo que él mismo ha recibido y así trata de penetrar la oscura noche espiritual que impide a los humanos reconocer la luz que Dios irradia hacia ellos. Entonces no se oponen a Su llamado y serán celosos servidores de Dios en la Tierra y un día en el reino espiritual....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise