Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3251
3251 Caos.... Lucha de fe....
11 de septiembre de 1944: Libro 42
Y vendrá como está escrito.... Un cambio espiritual es inminente, pero sólo después de un estado de extrema confusión, perplejidad terrenal y espiritual, obra satánica claramente reconocible y extrema necesidad terrenal y espiritual. Porque todo este debe preceder para que de esto pueda surgir una nueva vida espiritual, que ahora será llevado por aquellos que se afirman en este tiempo final, que anteponen la vida espiritual a la vida terrenal y no se dejan determinar a apartarse de Dios. Éstos experimentarán el nuevo tiempo, el cambio espiritual y, por lo tanto, también la transformación de la vieja Tierra, y se les revelará la grandeza de Dios, Su sabiduría, omnipotencia y amor.
Aparentemente la Deidad Eterna está alejada del género humano en los últimos tiempos, pero en realidad está más cerca que nunca, porque Él está cortejando el alma de cada ser humano, y por eso todo el sufrimiento en la Tierra es un medio para volver a ganar las almas. Y el sufrimiento también es un señal del amor de Dios, que llama al corazón del individuo para hacerse audible a él. Y ahora que ha llegado el último tiempo, no habrá fin al sufrimiento y la tribulación, para que el humano pueda terminar con las alegrías del mundo, para que dirija sus pensamientos hacia la eternidad, para que aprenda a despreciar la Tierra y sólo reconozca su propósito espiritual.
Y entonces se producirá un proceso indescriptiblemente triste, llevado a cabo sobre los creyentes fieles a Dios.... Esto significará un ataque final contra la fe, se introducirá una privación de derechos que excluirá a todos los creyentes del público en general; Llegará un tiempo de sufrimiento indescriptible para estos creyentes, pero eso sólo aparecerá a sus semejantes, porque los creyentes mismos no sienten el sufrimiento en la medida en que parece, ya que las fuerza de Dios los apoya y los hace capaz de soportar el destino. Dependiendo de la profundidad de la fe depende también la profundidad del sufrimiento que puede parecer insoportable para el mundo, pero no es una carga tan grande para el creyente que no sea capaz de soportarla.
Pero el mundo está tratando de celebrar triunfos, los humanos serán más materialistas que nunca, perseguirán los placeres mundanos, tomarán sin escrúpulos lo que creen deseable sin tener en cuenta a sus semejantes, y acumularán injusticia sobre injusticia, pecado sobre pecado y violan los mandamientos divinos porque ya no reconocen a Dios y dan testimonio de ello en la lucha abierta contra los creyentes. Y es sólo un pequeño grupo, disperso entre los humanos, el que reconoce el fin inminente y lo espera con calma. Porque saben que el fin también trae consigo la venida del Señor, y esperan con fe en Aquel, que les traerá el rescate de su necesidad más profunda.
Y Dios bendice su fe profunda revelándose a ellos dondequiera que la necesidad sea grande y los humanos necesiten fortalecimiento. Él está con ellos en todo momento porque todo pensamiento creyente Lo llama. Pero Él sigue siendo invisible, sólo en casos individuales aparece visiblemente hasta que llega la hora en que raptara a los Suyos, donde los eleva en sus cuerpos vivientes, antes de que se realice la obra de destrucción de la superficie de la Tierra. Y entonces se acaban las grandes dificultades terrenales, porque los creyentes ya no pueden ser oprimidos si toman posesión nuevamente de la nueva Tierra para comenzar un nuevo periodo de Redención como tribu de la nueva raza humana. Porque todo mal ha sido desterrado y, por lo tanto, vuelto inofensivo....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise