Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3221

3221 Reconociendo a Cristo.... Voluntad débil.... Demonio....

15 de agosto de 1944: Libro 42

El demonio está furioso y se apoderará cada vez más de las almas de los humanos, y los humanos no se defienden.... No tienen sentido de responsabilidad. Su voluntad está inclinada hacia el mal y sus pensamientos y acciones corresponden a esta voluntad. Y así ellos mismos se dirigen hacia el abismo, aceleran el proceso de disolución y con ello su propio hundimiento. Aunque como seres espirituales no pueden perecer, pero se les privará de su libre albedrío porque abusaron de ella durante el tiempo de su libertad parcial. Y este abuso de la voluntad es el resultado de la debilidad de la voluntad, que el oponente de Dios aprovecha para influir en ella de manera equivocada. Pero la debilidad de la voluntad que es la causa de la completa decadencia y hundimiento espiritual, sólo puede ser desterrado mediante el reconocimiento de Jesucristo y Su Obra redentora.

Pero el mundo Le rechaza.... Aunque todavía Le reconocen según la Palabra, y aunque los humanos se llaman seguidores de Cristo, todavía están muy lejos de comprender la obra de Redención, y menos aún aceptan la gracia de la obra de Redención que da al humano una voluntad fortalecida y, por tanto, también le da fuerza de resistencia contra el mal. Reconocer a Cristo y Su obra de Redención significa conocer el significado de la vida de amor vivida por Jesús y ahora, para poder recibir las gracias de la obra de Redención, vivir también la misma vida de amor.... es decir, saber que sólo el amor puede redimir y por eso Jesucristo y Su obra de Redención sólo es reconocido por los humanos que se deciden a vivir esta vida amorosa....

La humanidad carece de este conocimiento y nuevamente porque también le falta el amor. Y el resultado de esto es una voluntad extremadamente debilitada que es incapaz de resistir el poder del mal. El mundo no puede resistir al demonio porque pierde su propia fuerza al rechazar a Cristo. Se tiene que reconocer a Cristo y Su obra de Redención, de lo contrario el mundo se enfrentará a su hundimiento, tan pronto como tenga conocimiento de Él. Y el conocimiento de Jesucristo se ha difundido en la Tierra. Pero la aceptación de Su Enseñanza no sólo consiste en la confesión por palabras, sino a través de una vida en amor....

Donde los humanos están activos en el amor entre sí, hay verdadero Cristianismo, y en estos humanos la voluntad de llegar hacia arriba, hacia la luz será fuerte, y se les dará la fuerza para resistir el mal, porque las obras de amor llevan dentro de sí esta fuerza y las transmiten al humano.... Éstos entonces, se sirven de las gracias de la obra de Redención, aunque les falte el conocimiento del sufrimiento y de la muerte de Jesús en la cruz.... Pero cuando tienen este conocimiento, ellos también llegarán inevitablemente a reconocer a Jesucristo, porque el amor vive en ellos y reconocen el Amor Eterno, Que se encarnó en Jesucristo.

Pero el mundo no tiene este amor en sí mismo; los hombres que pertenecen al mundo sólo se aman a sí mismos; y por eso se entregan al oponente de Dios. Rechazan a Jesucristo porque les predica la caridad, su voluntad está endurecida como su corazón, pero su dura voluntad se entrega a quien quiere destruirla. El hombre tiene una voluntad inmediata de hacer malas acciones, pero no tiene fuerza de voluntad para hacer buenas obras, porque sólo el amor puede lograr esto. Las buenas obras, sin embargo, siguen la enseñanza del amor de Cristo, las buenas obras van acompañadas de una oración íntima pidiendo fortaleza, y la gracia de la obra de Redención está disponible para el seguidor de Jesucristo....

Pero seguidor de Cristo es todo ser humano que vive en el amor, que Lo sigue y reconoce Su obra de Amor en la Tierra. Podrá resistir la obra del mal y tendrá una voluntad cada vez más fuerte cuando llegue el último momento. También confesará ante el mundo que pertenece a la Iglesia de Cristo, y se mantendrá firme cuando Satanás se enfurezca de la peor manera posible.... El seguidor recibe su fuerza de Dios Mismo, y ésta verdaderamente bastará para convertirse en Señor sobre aquel, que quiere destruir su alma....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise