Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3216

3216 La creencia fuerte.... La audiencia del ruego....

8 de agosto de 1944: Libro 42

La fuerza de la creencia sabe realizar todo, y por esto la fuerza de la fe no permite ninguna inquietud, sino el hombre deja acercar a todos los sucesos con confianza, y confía en la ayuda de Aquel que está en el cielo, Aquel que tiene todo el poder y que dirige todo según Su voluntad. No pierde los ánimos y no teme a nadie, solo a Dios. También está metido en el amor de Dios, y este amor le empuja a hablar como un hijo con Su padre y confesarle todos sus preocupaciones; confía en el amor del padre a su hijo, y desde allí saca la creencia profunda que Él le va a ayudar. Se siente él mismo como un hijo de Su padre, y es la razón de la confianza sólida como una roca.... Y por esto nada le puede asustar e intranquilizar, da igual lo que venga. Cuanto más confiado espera a la ayuda de Dios, más fuerte es su creencia, y Dios nunca lo dejaría dañar por algo. Y por esto el hombre no debería ceder en la lucha de conseguir y rogar por una fe fuerte. Debe imaginarse el amor eterno de Dios que cuida y se preocupa de todo lo que ha salido de lo cual.... Pero el amor concede cualquier petición, y cuánto más confía el hombre en el amor divino, menos va a pedir cosas erróneas, porque el amor nunca niega nada; pero el cumplimiento no le debe dañar a su alma. Pero un hombre cuya creencia en el amor eterno de Dios es muy fuerte e inquebrantable, su alma ya no corre en peligro a perderse en cuanto se cumpla a su petición, porque ya no pide por bienes terrestres, sino pide por el alejamiento de penuria grave lo cual teme. Y él mismo puede controlar esta miseria a través de la fe, en cuanto le aumenta a tal fuerza que está completamente confiado en que se cumpla su ruego. Entonces se somete confiado por completo al padre celeste, espera su intervención y se allana a Su voluntad. Y por esto piensa bien, y lo pronuncia con gran tranquilidad y esperanza en la ayuda de Dios, porque sabe que el amor de Dios se inclina al hijo terrestre al que cree firmemente en Él. Dios pide una fe firme e irrevocable y nunca lo defraudará jamás. Pero es el hombre que tiene que luchar por esta creencia, tiene que rogar intensamente por la fuerza de la fe, tiene que rogar que no fracase en cuanto se le acerque la gran miseria. Porque Dios nunca apartaría este ruego que vale más del alma que del cuerpo.... Es una petición por un bien espiritual, porque una creencia profunda e inquebrantable no es una propiedad terrestre, sino es pura espiritualidad, es el fundamento del reino espiritual, porque sin la creencia nadie puede entrar al reino espiritual que significa la vida eterna para el alma del hombre. Porque solo por la fe el hombre llega a Dios, y solo la creencia le hace realizar un estilo de vida como le gusta a Dios, solo la creencia le deja llegar al último reto.... la unión final con Dios....

amén

Traducido por Bea Gato