Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3193
3193 Príncipe de las mentiras.... Fin de los tiempos.... Atado por Dios....
19 de julio de 1944: Libro 42
Al Dador de la verdad se opone el príncipe de la mentira, y éste verdaderamente tiene un gran poder sobre los seres humanos que son indiferentes a la verdad, pero que están más abiertos a su obra. El error y la mentira siempre se aceptan siempre más fácilmente, pero la verdad encuentra resistencia y rechazo, y la razón es que el oponente de la verdad habla para agradar a los humanos, de modo que lo que ofrece a los humanos es lo que quieren oír y se alegran de oírlo y a cambio entregan con ganas la verdad, porque la verdad exige una renuncia a las alegrías de este mundo, pero el error y la mentira favorecen estas últimas y, por tanto, encontrará más aceptación que la verdad. Y, sin embargo, la verdad vencerá a la mentira, porque la Verdad es Dios Mismo, y ningún oponente podrá oponerse a Él tan pronto como Él tome medidas serias contra él....
El tiempo lleno de gracia de la auto-redención llega a su fin y con ello también el poder del oponente de Dios. Porque su poder subía y bajaba con la fuerza de voluntad de lo espiritual, que en la encarnación final en la Tierra pudo utilizar libremente su voluntad. tan pronto como esta voluntad se le resiste, el poder del oponente también se rompe. Cuanto más se acerca el final del tiempo de la redención, más débil es la voluntad de los humanos y, por tanto, más están los humanos en el poder de aquel que lucha contra la verdad para ganar poder sobre lo espiritual. Porque la verdad fortalece a los humanos y les da fuerza para resistir.
Esta lucha entre la verdad y la mentira, la luz y la oscuridad, el conocimiento y la ignorancia es particularmente obvia en el último tiempo antes del fin, porque el ser humano que representa la verdad será peleado por otros seres humanos que ya son oponentes de la verdad y tienen el poder de obligarlos a tomar la acción antinatural de violar el pensamiento de los humanos. Él usará astucia y poder contra aquellos que están en el reconocimiento y saben acerca de la pura verdad de Dios y la defienden, y la astucia está allí donde los humanos aún no han captado la verdad en toda su profundidad y, sin embargo, están dispuestos a servirla.
Y Dios estará junto a ambos, distribuyendo fuerza e iluminando el espíritu para que los humanos sean capaces de resistir el procedimiento. Dios no obliga a los humanos a aceptar la verdad, sino que sólo la presenta a ellos, dejando a su libre albedrío si hacen uso de ella y en qué medida. Pero al final sólo quedará la verdad y todo error, toda mentira y al mismo tiempo el príncipe de las mentiras serán desterrados. Ya no encontrará oportunidad de envenenar a los humanos con esto, porque sólo queda la verdad, todo lo demás perecerá tan pronto como perezca la vieja Tierra, y con ella todo lo que vive en ella, excepto aquellos que caminan en la verdad y quienes serán raptados primero por el amor de Dios....
La verdad dura para siempre, pero la mentira es transitoria, porque sólo lo que tiene su origen en Dios es eterno.... Y por mucho que el mundo esté plagado de error y mentira en estos momentos, sea la mentira o el error que domina el pensamiento de los humanos, no se afirmarán, porque Dios Mismo obra en la misma medida y distribuye la verdad dondequiera que sea deseada, y la verdad crecerá como una avalancha y arrasará todo consigo, tan pronto como Dios, como la Verdad Eterna, declare la guerra a Su oponente....
Visto desde una perspectiva mundana, el error prevalece, pero sólo para esta Tierra, que no dura para siempre. Y como ha llegado el tiempo del fin, la mentira y el error volverán a arrasar con todas sus fuerzas, querrán destruir la verdad, y los medios que utiliza el adversario de Dios son propios de su oposición. Y por eso Dios mismo lo ata y le quita el poder por mucho tiempo. Y en este tiempo sólo reinará la verdad y la mentira y el error serán desterrados entre los humanos. Reconocen a Dios y Su obra, saben acerca de Su amor, sabiduría y omnipotencia, ellos saben, que Él es la Verdad Misma, y se entregan a Él con toda humildad de corazón, y su pensamiento es correcto....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise