Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3180

3180 Se requiere una conexión íntima con Dios....

6 de julio de 1944: Libro 42

Todos tenéis que cumplir el mandamiento de la hora, y este es: Conectaos íntimamente con Dios, porque sólo con Él sois capaces de afirmaos en el mundo. Es más urgente que nunca que Lo busquéis, que os acerquéis a Él y Le pidáis Su gracia y bendición, porque la necesidad será grande y nadie podrá ayudaros excepto el Uno, Que gobierna sobre el cielo y la Tierra. Y por eso debéis conectaros con Él, y con toda diligencia, porque ya no falta mucho que necesitáis una fuerza inusual. Y entonces ya no podréis reunir la voluntad para acercaros a Él cuando todo a vuestro alrededor amanece con derrumbarse.

Por tanto, invocadle de antemano y pedidle que aumente vuestras fuerzas, que quite de vosotros toda debilidad, que tenga misericordia con vosotros y no es deje caer en las tentaciones que amenazarán a todo creyente por parte del mundo terrenal. La oración sincera de antemano será contestada siempre y cuando sea sólo para el bienestar espiritual, y los humanos no necesitan temer que Dios no se haga cargo de sus preocupaciones y necesidades.... Él se mostrará a los que necesitan fuerza, si ya estaban de antemano en estrecho contacto con Dios, porque Él recompensa su amor.... Son Sus hijos, a quienes Él guiará cuidadosamente fuera de todos los peligros.

Y por eso creed en Él, creed en Su poder y en Su amor, que os cuidan continuamente, y creed que Él dirige todo de tal manera que sea bueno para vosotros, aunque no lo reconozcáis inmediatamente. Si os imagináis vívidamente el amor, la sabiduría y la omnipotencia de Dios, entonces una profunda paz interior entrará en vuestros corazones, porque entonces sabréis que nada puede sobreveniros a menos que ayude al alma a madurar. Y pase lo que pase, es la voluntad de Dios a la que debéis someteros, para que ya no os opongáis a Dios, sino que Le pidáis Su apoyo con un profundo y verdadero amor filial, que ciertamente no so va a negar....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise