Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3166
3166 Lucha de fe....
21 de junio de 1944: Libro 41
La lucha terrenal terminará y en su lugar estallará la lucha dirigida contra la fe y contra todo lo espiritual. Esto también ha sido anunciado de antemano para que la gente pueda reconocer cuando el fin está cerca porque esta lucha precede al último fin. Tanto los humanos como Dios exigen la decisión final, sólo que los humanos exigen que se rechace la fe, mientras que Dios exige que se le reconozca y esta decisión tiene que tomarse absolutamente.
La lucha por la fe es mucho más importante que la lucha por los bienes espirituales y el poder terrenal, porque ahora quedará claro hasta qué punto la humanidad sigue unido a Dios y, por tanto, resistir los deseos del mundo. Quedará claro qué tremenda fuerza se esconde en la fe, es decir, cuanto más fuerte es la persona que cree profundamente y por tanto vive según la voluntad de Dios, porque no necesita estar activa por sí misma, sino que siempre está en conexión con Dios y puede aprovecharse de la fuerza de Dios si debe defender a Dios y tener fe en Él por el bien de sus semejantes.
Y por eso la próxima lucha de fe será inevitable, ya que se una clarificación final debe lograrse mediante una separación de los espíritus, es decir, entre los humanos buenos y malos, que al final aparecerán de manera especialmente visibles. Entonces sólo habrá humanos que vivan en el amor y se esfuercen por captar a Dios con todos sus sentidos, y aquellos que se burlan y persiguen todo lo que apunta al esfuerzo divino, los que niegan a Dios y que son extremadamente hostiles a Sus seguidores y no rehúyen ningún medio para lograr el objetivo, expulsar a Dios de la mente de los humanos. Y ya no habrá personas indecisas o vacilantes que aún no hayan tomado su decisión final, sino que quien no esté con Dios y la fe, está completamente en contra de Él y tiene que ser considerado como un oponente de Dios.
Y esta separación final de los espíritus debe tener lugar para que pueda seguir nuevamente un tiempo de florecimiento espiritual, que solo comienza en el nuevo mundo, pero comienza después del tiempo completamente desespiritualizado antes del fin de la nueva tierra, porque las personas que permanecen en el amor y la verdad se encontrarán y juntas sobrevivirán el corto tiempo de la lucha de la fe y demostrarán la fuerza de la fe a los incrédulos en la tierra, de modo que a unos pocos todavía se les dará la oportunidad de pasarse al campamiento de los leales de Dios....
(22.06.1944) Y antes de que llegue el fin, habrá surgido una distinción clara entre los que pertenecen a Dios y los que se han apartado de Dios, a quienes Dios juzgará según la ley y la justicia. Pero sólo una lucha de fe puede lograr esta separación, y esto debe llevarse a cabo con toda tenacidad, y eso impondrá grandes exigencias a las personas que quieran permanecer fieles a Dios, porque la forma de luchar del oponente es brutal y despiadada y puede llevar fácilmente a la apostasía de Dios que no están completamente firmes en su fe y no se sienten seguros de la protección desde arriba. Pero Dios recuerda su necesidad y siempre está dispuesto a ayudar.... Se revelará a los que son Suyos en su gran necesidad y los fortalecerá para resistir hasta que llegue para ellos la hora de la salvación del peligro.
La lucha espiritual es más significativa que la lucha de la gente entre sí, porque en esta última sólo se pierde la vida temporal, se pierden o se ganan bienes terrenales, mientras que ahora se trata de la vida del alma, que es imperecedera y que, por tanto, debe ser considerada de manera completamente diferente. Ninguna lucha es demasiado difícil y ningún sacrificio es demasiado grande si se trata de salvar el alma para la eternidad. Y como la gente no se plantea por sí misma la cuestión decisiva de si deben luchar por Dios o por el mundo, la próxima lucha de la fe debe enfrentarla a esta pregunta, y la decisión será difícil para aquella gente que no ha encontrado a Dios por sí sola y aun así no quiere traicionarlo.
La lucha espiritual requerirá mucha fuerza, que sólo puede recibirse de Dios mismo. Y el hombre ahora debe buscar seriamente la conexión con Él si quiere sobrevivir esta lucha. Pero el fin llega inevitablemente, y de esto se puede ver que debido a la fe las personas se convierten en diablos, porque intentan quitar la vida a aquellos que se hacen suyos a Dios, y ahora actúan contra Dios mismo. Y este es el final....
Un cambio espiritual es inminente, pero la vieja tierra y sus habitantes no lo experimentarán. Es necesario un rediseño de la superficie terrestre para que pueda comenzar de nuevo un nuevo periodo de Redención con personas que tengan un mayor nivel de madurez. Y es por eso que habrá un tiempo de paz en la nueva tierra, donde toda lucha, espiritual y terrenal, es eliminada porque las personas viven en el amor y en la más íntima conexión con Dios, conocen Su voluntad y se esfuerzan diligentemente por cumplirla. Porque su voluntad consiste en vivir en el orden divino.... en el amor a Dios y al prójimo....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise