Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2931b
2931b Portadores de luz... Palabra de Dios...
20 de octubre de 1943: Libro 37
El que cree en Mí vivirá para siempre... porque el adversario pierde el poder sobre él. Y así sólo depende de vuestra fe, que tenéis que demostrar al cumplir lo que Yo os he mandado... que viváis en el amor. Pero entonces también os llegará el reconocimiento si y cuando os paráis en la verdad. Y aceptaréis Mi Palabra, donde y en qué forma también os sea ofrecida. Porque Mi Palabra no está atada a un libro, a una escritura, a un lugar... resuena por todas partes en los corazones de los hombres que creen en Mí y guardan Mis mandamientos.
Y convence a los hombres que la escuchan, si viven en el amor y son mansos y humildes hacia Mi voluntad con todo su corazón, que se entregan a Mí, que se encomiendan a Mi guía y por tanto también abren sus corazones a Mi voz. Y siempre hablaré a los hombres tan pronto como sea necesario, tan pronto como necesitan Mi fuerza, que Mi palabra les imparte. Yo Mismo estaré con los hombres en la Palabra, como lo he prometido... pero aquellos que no pueden oír Mi voz, cuyos corazones no son receptivos, aunque sean capaces de ello, porque les falta la fe en Mi Obra de amor, porque la creencia en Mi omnipotencia, sabiduría y amor aún no ha llegado a ser tan viva en ellos para que les resulte comprensible Mi obra.
Con amor compasivo miro a Mis criaturas, que yacen encadenados por el poder del adversario, porque no quieren verme, porque Mi luz les parece insoportable... Y por eso envío portadores de luz hacia ellos, que les ofrecen la luz en estado velado... Pero estos son vistos como enviados del oponente que nunca podría traerles luz. E incluso aquellos que creen que están en la luz no reconocen en ellos a los mensajeros del cielo. Se defienden de ella y, sin embargo, no pueden ser convencidos sino por Mi Palabra, que habla por sí misma, si de buena gana la dejan obrar en ellos. Pero mis portadores de luz no deben desanimarse... deben continuar administrar su oficio, deben hablar sin timidez y dejar que Yo lo haga porque Yo ayudo donde ellos no tienen éxito; Vendré una y otra vez mientras la voluntad del hombre no se aleje abiertamente de Mí... Porque Mi amor y Mi paciencia no conocen límites, y Mi misericordia es para todos los hombres que están en necesidad espiritual...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise