Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2920

2920 Consuelo.... Manantial de fuerza.... Líder en la lucha....

11 de octubre de 1943: Libro 37

Quien profesa la pura verdad, quien acepta sin vacilación lo que le es mandado desde arriba, y quien por tanto se considera enseñado por Dios Mismo, ya no tiene que temer la regresión, y su alma no necesita temer lo que está por venir. Su fe le da fuerza, porque su fe en la obra de Dios se hará particularmente fuerte en él si es acosado por los incrédulos que quieren demostrarle su poder terrenal. Entonces invocará confiadamente a Aquel cuya Palabra escuchó hace mucho tiempo; volverá su mirada hacia donde le fue transmitida la verdad.

Pedirá a los seres espirituales que le han instruido para su especial protección, y se armará contra todo ataque del oponente con el poder de la Palabra divina; Debido a que reconoce la pura verdad, también podrá defenderla, y permanecerá impávido en medio de la lucha y no temerá nada, sea lo que sea que se haga contra él. Y Dios abrió este manantial de fuerza para los humanos para darles la seguridad en la lucha contra el mayor enemigo de sus almas. Pero comprensiblemente sólo aquel humano que, a través de la Palabra divina, ya haya penetrado en el conocimiento acerca del origen, de la apostasía anterior y de la Redención final, afrontará el tiempo venidero con total tranquilidad.

Y nada le asusta porque sabe que los humanos por si solos no se esfuerzan por formarse de tal manera que Dios esté complacido con ellos, y por eso sabe también que queda poco tiempo hasta el fin cercano y que este tiempo no está siendo aprovechado adecuadamente por la humanidad y por lo tanto la obra de Dios debe ser señalada a ella mediante evidencia obvia.

Y es por eso que Dios acerca la verdad a los humanos de una manera que sólo encuentra aceptación en aquellos que no duden de que el Padre celestial cuide a Sus hijos con amor, y por tanto reconocen sin dudar Su obra evidente y por tanto de sentir el poder de Palabra divina en sí mismo. Estos serán los líderes espirituales de los humanos cuando estalle la lucha contra la fe, y también representarán con éxito la verdadera fe hacia sus semejantes, porque quien una vez haya reconocido correctamente quién está en la verdad y cree en el amor y la gracia de Dios y nunca duda, inevitablemente se acera a Dios, debe madurar a través de la verdad, que tiene su origen en Dios....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise