Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2900

2900 El camino hacia la felicidad eterna....

28 de septiembre de 1943: Libro 37

El camino hacia la felicidad eterna es arduo y difícil para quienes tienen una voluntad débil. Una y otra vez tienen que luchar y pedir fuerza a Dios para fortalecer su voluntad; una y otra vez tienen que intentar desprenderse del mundo y sus encantos, porque sólo una mirada dirigida al cielo hace fácil y sin esfuerzo el ascenso a las alturas. Tan pronto como el humano siempre tiene presente el objetivo, la unificación con el Amor Eterno, todas las alegrías terrenales se desvanecen y el humano ya no mira hacia atrás.

Porque al final del camino el padre extiende Sus brazos y atrae amorosamente a Su hijo hacia Su corazón, y todas las dificultades, todas las penurias, todas las luchas y confusiones han terminado, se han hundido en la nada ante las glorias que ahora esperan al niño terrenal. Y el camino terrenal dura poco tiempo.... Pronto se superan todos los sufrimientos, mientras que por otro lado también las alegrías terrenales pasan y el tiempo de felicidad terrenal es corto, sólo para ser reemplazado por un tiempo triste y corto en el más allá, si la lucha y la voluntad del niño terrenal no tenían como objetivo la unificación con Dios durante su vida terrenal. Su camino no fue pedregoso ni espinoso; eligió el camino ancho, pero lo llevó lejos de la meta.

Perdió la gloria eterna por horas de disfrute de los gozos terrenales porque su voluntad era demasiado débil para esforzarse seriamente hacia arriba y asumir dificultades y obstáculos durante su vida terrenal. Sólo tenéis que tener presento el objetivo final, entonces recorreréis el camino de las privaciones sin quejas ni quejas, al final del cual os espera el valle de la paz eterna. Y el camino os será fácil si pedís continuamente fuerzas, podréis recibir refrigero y fortalecimiento de la mano del Padre celestial, Que quiere redirigir a Sus hijos de regreso a Sí Mismo, a la casa del Padre....

Él no os dejará desatendidos, Él Mismo será vuestro apoyo y guía en el camino angosto hacia la cima. Os guiará con seguridad sobre todo los peligros y acantilados, y Su amor os rodeará y protegerá de la caída. Y si sólo Lo anheláis, no sentiréis obstáculos ni dificultades, caminaréis sobre ellos con pie ligero, porque seréis llevados por Su amor.... Y por eso no debéis desanimaros si os ponéis ansiosos acerca de si podéis seguir el camino sin inmutaros. Sólo vuestra voluntad tiene que estar dispuesta a esforzarse hacia la meta, debéis poner como objetivo la unificación con Dios y, sintiendo vuestra debilidad, debéis pedirle a Él profundamente el don de la fuerza.... Entonces vosotros también seréis captados por Su amor y guiados con seguridad....

El camino hacia las alturas no puede ofrecer alegrías terrenales, no se puede recorrer como un paseo, porque la meta sólo se puede alcanzar haciendo sacrificios, y requiere superación y voluntad firme, requiere lucha constante y anhelo de Dios.... Sólo entonces no encontraréis el camino tan difícil, lo recorreréis lleno de fe en que Dios viene a vuestro encuentro, que Él Mismo os guiará y os ayudará en cada peligro.... pero sólo es necesaria una cosa, que vuestra voluntad se dirija hacia Él, que os esforzáis hacia Él para lograr vuestro objetivo, que empujéis hacia Él con amor y que Él pueda atraeros hacia Él para siempre....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise