Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2829
2829 Condiciones para recibir la Palabra de Dios....
28 de julio de 1943: Libro 37
Recibir la Palabra de Dios requiere una disposición constante y una devoción gozosa a Dios. Y es por eso que sólo aquellos humanos, que tienen una voluntad dirigida hacia Dios y que se esfuerzan por llevar una vida que agrada a Dios, son capaces de esto y que anteponen su esfuerzo espiritual a todo lo demás porque tienen un Deseo a Dios y quieren servirle a Él. Porque primero el deseo a Él hace capaz al humano a escuchar la voz divina dentro de sí mismo; El deseo a Él, le hace aguzar el oído y sensible para todo lo que viene de Dios.
El don de Dios está disponible para cada ser humano sin distinción, pero no se impone, sino que sólo es reconocido por aquellos que prestan atención y abren sus sentidos al influjo espiritual, quienes por lo tanto escuchan conscientemente en su interior y así también el don divino se puede recibir desde el interior. El don divino se encuentra en el corazón del hombre, es el tesoro que sólo necesita ser levantado, que no requiere ninguna acción externa para llegar a su posesión.
El tesoro está al alcanza de cualquiera que se tome la molesta de sacarlo a la luz.... El amor de Dios se ofrece a los hombres en Su Palabra, y el amor de los hombres debe recibir Su don, el corazón humano tiene que esforzarse hacia Él con el mismo amor para entonces recibir Su Palabra como prenda de Su amor.... Porque la Palabra es el signo de Su amor, que quiere dar a todos los hombres a través de una sola persona. Una persona dispuesta y capaz de formar el puente desde la Tierra hasta el más allá, debe estar disponible voluntariamente, debe anhelar el amor de Dios y así hacer que su corazón sea receptivo al mismo amor divino.... debe desear la unificación con Dios y prestar voluntariamente su oído a la voz divina, que sólo puede darse a conocer a través de tal persona.
Sólo el hombre que escucha, puede oír; y sólo escucha quien cree en un Poder que se expresa por amor a la humanidad.... El receptor tiene que creer en un Dios de amor, sabiduría y omnipotencia, para que busque y encuentre en la fe la justificación de la Palabra divina que se dirige a la Tierra.... Y tiene que vivir en el amor, porque sólo el amor atrae hacia sí el amor eterno. El amor a sus semejantes lo determina a transmitir la Palabra recibida, y quien emprende esta tarea de difundir la Palabra divina entre los seres humanos será siempre considerado por Dios y podrá escuchar Su Palabra.... Dios le ofrecerá constantemente un regalo delicioso, Él Se revelará a él y lo capacitará para una tarea tan sumamente importante que Dios bendice a todo aquel que se pone a Él a Su disposición como trabajador en Su viña....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise