Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2826

2826 La actividad docente tanto en la Tierra como en el más allá es difícil....

26 de julio de 1943: Libro 37

Es un comienzo igualmente difícil en el más allá como en la Tierra guiar a las almas por el camino de la verdad y anunciarles el Evangelio mientras el alma misma esté en una posesión defensiva. Porque entonces las contra-influencias a las que se entregan las almas aún son muy fuertes. Por lo que predomina en ellas es la voluntad y el deseo por bienes mentales que provienen del adversario de Dios y es por tanto error. En el más allá son los conceptos que el humano se ha llevado de su existencia terrenal, los que permanecen con él mientras no intenta liberarse de ellos.

Es más fácil liberarse de esto en la Tierra que en el más allá, porque siempre nuevas impresiones pueden invalidar constantemente las opiniones adquiridas, mientras que en el más allá el alma defiende obstinadamente sus últimas impresiones y conceptos y por lo que es difícil dejarse instruir de otra cosa. Y es por eso que los seres de luz inicialmente tienen un trabajo difícil, que sólo tiene éxito si se lleva a cabo con amor y paciencia. En la Tierra, en cambio, transmitir la verdad pura es tan difícil, porque cuando se hace evidente al humano la invalidez de su punto de vista, él también duda de la verdad de lo que ahora se le ofrece, y con razón, siempre que no proviene de la fuente que garantiza la pura verdad. Y es por eso que enseñar a las almas descarriadas en la Tierra y en el más allá es una actividad que requiere amor y perseverancia, y el reconocimiento del sufrimiento indescriptible de las almas que caminan en el error.

Esto último hace que los seres de luz en el más allá se acerquen a las almas ignorantes una y otra vez y las persuadan a aceptar el Evangelio que se les ofrece con amor. Pero esta es una tarea agradecida en el sentido de que las almas son extremadamente receptivas y dispuestas una vez que han aceptado las enseñanzas, por lo que la actividad de enseñanza es extremadamente exitosa una vez que los seres de luz han logrado romper su voluntad de rechazar, mientras que en la Tierra los humanos constantemente dudan y tienen dificultades para reconocer la verdad que se les ofrece como verdad, siempre y cuando no se rindan a su efecto sin resistencia, es decir, tratan de vivir de acuerdo con la verdad que les ha sido transmitida, y sientan ahora el poder de la verdad en sí mismos en forma de un mayor deseo al respecto y una feliz satisfacción a medida que se cumple el deseo.

Una vez superada la resistencia inicial, tanto en la Tierra como en el más allá, las enseñanzas traen consigo grandes bendiciones y éxito espiritual. En el más allá el ser avanza más rápidamente en su desarrollo porque, una vez que lo ha reconocido, se esfuerza con gran afán por alcanzar la perfección. En la Tierra, el humano está constantemente preocupado por las cosas terrenales; no permite que el desarrollo espiritual se convierta en el único propósito de la vida y siempre corre el peligro de ser aplastado por el mundo y sus exigencias. Debe oponer la mayor resistencia para que su alma alcance la madurez necesaria en la vida terrena. Y es por eso que el trabajo en la Tierra sobre las almas descarriadas es aún más importante, pero también cuento con el apoyo de fuerzas del más allá que, como siervos de Dios, captan cada alma mentalmente preparada y la cuidan con amor y paciencia, es decir, ahora les instruyen mentalmente en la misma verdad, que es de Dios y por tanto permanece inmutable y debe llevar también a la vida eterna....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise