Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2815

2815 Marcar la injusticia.... Haciendo caso omiso de los mandamientos divinos

18 de julio de 1943: Libro 37

No debéis dejaros llevar por compromisos si queréis representar las enseñanzas de Cristo en la lucha venidera de la fe. Tenéis que seguir claramente el camino que Dios Mismo os prescribe, tenéis que predicar el amor a los seres humanos y practicar siempre el amor para dar ejemplo a quienes deban aceptar vuestras enseñanzas. Vosotros mismos no debéis desviaros del camino de la justicia tan pronto como vosotros exijáis justicia de la gente. Y así también tendréis que criticar lo que no es compatible con la enseñanza de Cristo.... No estáis autorizados a dar vuestro consentimiento mediante el silencio si veis si la gente está claramente pecando contra los mandamientos de Dios; debéis reprochar a la gente lo incorrecto de sus acciones y tratar de persuadirlas para que desistan a ello. Porque el mundo ya no sabe distinguir el bien del mal porque la gente se ha vuelto espiritualmente ciega.

Consideran correcto todo lo que les trae un beneficio, sin preguntarse si sus acciones perjudican a sus prójimos. Y por eso ignoran los mandamientos del amor, y hay recordarles repetidamente que no tienen derecho al amor de Dios mientras ellos mismos no muestren el mismo amor a sus semejantes. No debéis temer al mundo, sino que debéis hablar abiertamente para que vuestros semejantes sepan claramente a qué enseñanza representáis. Porque nunca podréis hacer justicia a Dios y al mundo, nunca podréis transmitir la voluntad de Dios a la gente si no os atrevéis a atacar al mundo....

La genta mundana no presta atención a la voluntad divina y, por lo tanto, se les tiene que reprochar el comportamiento incorrecto, de lo contrario no se le podrá hacer entender los mandamientos de Dios. en cualquier momento podréis reconocer lo que contradice a estos mandamientos divinos.... Y entonces también tenéis que hablar y haceros vosotros mismos en representantes de la enseñanza divina, tenéis que confesaros a Aquel, Que es el Amor Mismo; tenéis que recordar Sus mandamientos a los humanos que ya no los respetan; tenéis que defender abiertamente y sin reservas que sólo el cumplimiento de estos mandamientos puede traer la bendición a los humanos, mientras que ignorarlos representa un peligro espiritual y terrenal para la humanidad.

Y lo que se aplica a un ser humano también debe aplicarse al otro, y a nadie se le debe dar el derecho de actuar sin amor, incluso si se beneficia de ello. Lo que es injusto tiene que ser tildado de malo, porque lo que va en contra de los mandamientos divinos está mal ante Dios. Pero los mandamientos divinos exigen amor al prójimo y, por tanto, amor a Dios. Pero el amor al prójimo significa que no se le hace ningún daño físico ni del alma, que se le ayuda si lo necesita, que se le protege cuando le amenaza un peligro, ya sea mental o físicamente.... Y cualquier violación es injusticia y como tal debe ser presentada por quienes están llamados a difundir la Enseñanza del amor de Cristo. Sólo entonces servís a Dios, que os necesita como instrumentos Suyos para poder hablar a través de vosotros.... Vosotros mismos tenéis que aborrecer toda injusticia para que seáis los justos representantes de Dios en la Tierra....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise