Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2805

2805 Trabajadores de la viña.... Herramientas de Dios....

9 de julio de 1943: Libro 37

El deseo por el alimento espiritual siempre será satisfecho, y así se cumple la Palabra de Dios, que promete Su Espíritu a quienes tiene hambre y sed al respecto. Pero recibir el alimento divino siempre está vinculado a una tarea.... transmitirlo a los demás seres humanos.... depende de la voluntad en qué medida será considerado el ser humano. Su conocimiento puede variar en tamaño, y cuanto más lo pone al servicio del prójimo, tanto más amplio será el conocimiento, más dispuesto estará a trabajar con su conocimiento y contribuir a la redención de lo atado. Porque entonces será unido en el círculo de seres docentes que cumplen la misma misión en la Tierra que en el más allá.... difundir la verdad divina entre los ignorantes.

Él es entonces también un trabajador en la viña del Señor que voluntariamente se ha puesto a Su servicio y ahora está bien provisto de todo para poder ejecutar su servicio correctamente. Entonces Dios lo usa como herramienta, mientras que el humano toma los dones de Dios como herramienta para poder trabajar para Él. Y si ahora quiere recibir estos dones, se le proporcionarán en abundancia....

Tanto la recepción como la transmisión lo hacen feliz; su espíritu está constantemente activo para absorber la transmisión de Espíritu fuera de él, la irradiación del Espíritu divino, y transmitirla al alma, la que permite que la mente vuelva a activarse, la que ahora, impulsado por el corazón, trata de transferir el conocimiento espiritual adquirido al corazón del prójimo, y en esta actividad encuentra su felicidad. Y el ser humano que desea reconocerá los dones que le han transmitido como dones espirituales divinos los absorberá con avidez; Será nuevamente alimentado desde arriba, mientras que en otros humanos puede haber desaparecido en los oídos sin haber causado ninguna impresión en el corazón.

La Palabra de Dios sólo es eficaz en el corazón de quien la desea, de quien tiene hambre y sed de ella.... Solo puede obrar allí, porque el don divino presupone la voluntad humana de recibirlo, aunque también se ofrece como una gracia especial para aquellos que aún son ignorantes y por tanto no conocen el deseo por el pan del cielo, sin embargo, el don debe haber despertado primero el deseo antes de que sea efectivo. El amor de Dios busca constantemente ganar a los humanos por Su Palabra, porque sin ella no puede tener lugar un desarrollo superior del alma, y por eso se la ofrece de muy diferentes maneras.

También la transmite a aquellos que no la toman de manera habitual, que están fuera de la iglesia y aquellos que no están completamente apartados de Dios. Él se la transmite, pero hace depender el efecto de si están dispuestos a aceptarla, de si el deseo surge en sus corazones, de si quieren penetrar en la más mínima manera en el conocimiento que se les ha sido ofrecido previamente. Él trata de hacer entender a los humanos que tienen que escuchar Su Palabra para poder cumplir su tarea en la Tierra, que es absolutamente necesario que sean guiados hacia el conocimiento correcto para poder reconocer el Ser de Dios, y que ellos sólo pueden recibir este conocimiento a través de Su Palabra, que les ofrece Su amor.

Si ahora se activa la voluntad en el humano de ser introducido a este conocimiento, entonces ya es exigente y su voluntad puede cumplirse.... puede ser alimentado con el pan del cielo, se le puede transmitir la verdad, que le hará volver a motivarlo a transmitir lo que él mismo ha recibido. Sólo la voluntad de participar en las instrucciones de lo alto lo hace digno de ellas.... Porque si esta voluntad es seria, entonces se configura de tal manera que sea receptiva a la Palabra divina. Y entonces también se desarrolla su capacidad de enseñar, siente la necesidad de iniciar también a sus semejantes, y como ahora está activo como trabajador en la viña del Señor, es sólo la herramienta de Dios a través del cual Dios Mismo obra.... por cuya boca Dios Mismo Se da a conocer.

Dios usa a los humanos por el bien de la libertad de creencia, permite que los humanos reciban Su sabiduría a través de las bocas humanas, Él Mismo los enseña a ellos y sólo usa a los humanos para que Su obra no parezca sobrenatural y obligue a los humanos a creer. Y es por eso que todo siervo es bienvenido a Él. Necesita muchos trabajadores para Su viña porque es urgente romper las tinieblas espirituales con la luz del conocimiento, y esto sólo puede suceder mediante la entrega de Su Palabra, que trae luz porque contiene la verdad divina que es la única que conduce al ser humano hacia Dios....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise