Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2799

2799 El estado y la actividad en el más allá es un secreto....

5 de julio de 1943: Libro 37

Es un misterio para vosotros de qué manera os espera la vida en la eternidad. No podéis imaginaros nada mientras estéis todavía atados a la forma terrenal.... Y, sin embargo, sabéis que esta forma externa se vuelve obsoleta en el momento de la muerte. Sin embargo, vuestro conocimiento y vuestra capacidad de imaginación siempre se mueven en el reino de esta Tierra, por lo que sólo podéis imaginaros algo que ha tomado una forma visible o tangible y, sin embargo, no podéis transferir esa forma al reino del más allá mientras creáis en un reino espiritual, que ya no puede tener ninguna forma terrenal. Y ahora os enfrentáis a problemas sin resolver mientras estáis todavía de un espíritu no despertado y no sois capaces de ver espiritualmente.

Se requiere un alto grado de madurez que os permite ver espiritualmente, y sólo unos pocos humanos alcanzarán este grado todavía en la Tierra y que pueden transmitir a sus semejantes las impresiones que han obtenido a través de la visión espiritual. Pero lo semejantes no pueden seguir estas descripciones mientras no hayan alcanzado el mismo alto grado de madurez, y es por eso que es imposible para los humanos en la Tierra se puede ofrecer una imagen del reino espiritual. Es imposible darles una explicación que pueda revelar el secreto del reino del más allá.... El más allá sigue siendo un problema sin resolver para el humano, que siempre podrá asumir según su capacidad humana de comprensión, pero no tiene ninguna certeza de lo que es cómo se lo imagina.

En el reino espiritual, los seres, siempre que no sean completamente imperfectos, viven en completa libertad, es decir, no están agobiados por ninguna forma externa, ni están obligados a realizar una actividad de ninguna manera, sino que todo lo que hacen surge de su libre albedrío y del impulso de actuar en amor. Pero su actividad es completamente independiente de la materia terrestre, de una forma externa, porque ningún ser del otro mundo está rodeado de materia. Por lo tanto, el ser está libre de cualquier caparazón, pero sigue siendo un ser individual que puede querer y determinar libremente tan pronto como haya alcanzado la madurez espiritual adecuada.

Es el “yo”, la esencia real, que no requiere forma externa y, sin embargo, no puede ser negado. Y este “yo” percibe la falta de caparazón como una bendición que ya no quiere perder. El “yo” no se pierde con la muerte del cuerpo, sobrevive a cada cambio espacial y temporal, permanece siempre y para siempre el mismo “yo”, reconocible también para otras almas, aunque ya no posee su forma externa. Porque todo lo espiritual perfecto también ve el mundo espiritual y, por tanto, puede ver más de lo que podía ver en su envoltura terrenal; también puede esta r activo sin restricciones porque ni el tiempo ni el espacio le imponen límites. No requiere ninguna forma externa y es libre y sin obstáculos en todos los sentidos.

Pero no es posible dar a los humanos una explicación suficiente acerca del tipo de actividad en el más allá y acerca del ser mismo en el más allá, porque carece de conceptos, porque nada en la Tierra se puede comparar, ya que todas las leyes terrenales ya no son válidas en el más allá. Pero el hombre intenta explicarlo todo con leyes terrenales, y si las elimina, le faltaría cualquier escala, es decir, su imaginación sería inadecuada. Y por eso sigue siendo un secreto para él, a menos que su estado espiritual fuera tan claro que pudiera ver espiritualmente y Dios ahora le resolviera estas preguntas....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise