2791 Agua viva....

29 de junio de 1943: Libro 37

Sin dudarlo, debéis aceptar el don de Dios y dejar que obre en vosotros, porque es el agua viva que mana constantemente del manantial divino, del cual debéis refrescaros y fortaleceros. Porque realmente necesitaréis esta fuerza en el futuro. Dios mismo os ha abierto la fuente de Su amor, porque sabe de vuestra necesidad y sabe lo que os falta. Y ciertamente no necesitáis pasar hambre mientras su amor paternal esté dirigido hacia vosotros, como Sus hijos. Y él os proporciona alimento físico y espiritual si sólo deseáis este último y abrís vuestros corazones, si Él os ofrece Su don.

Su don de gracia, Su Palabra, el agua viva, se basa en Su cuidado paternal, y como se lo ofrece a los humanos con amor, también debe encender el amor en los humanos y dejar que se convierta en una llama brillante, tiene que despertar a la vida, es decir, estimular a una actividad constante; como el agua más clara, debe traer refrigerio y fortalecimiento a aquellos que quieren beber de la fuente original de sabiduría y amor.... Esta fuente nunca se secará, porque el amor y la sabiduría de Dios son inagotable. Pero aquello cuyo corazón no anhela refrigerio y fortalecimiento no encontrará la fuente, permanecerá oculta para él y perderá fuerzas inesperadas. Al hombre se le da continuamente el conocimiento de que el amor divino tiene reservado este don de la gracia; se le conduce continuamente cerca de la fuente de la que mana el agua viva.

Pero nunca será obligado a aceptar lo que se le ofrece como don de Dios. Es su completamente libre albedrío si usa y cómo usa la corriente de fuerza, y sólo sus semejantes pueden indicarle que se haga digno del amor y la misericordia divinos, para que pueda recibir abundante consideración durante su vida en la Tierra. Y debido a que la voluntad del hombre tiene que ponerse activa, son muy pocos los que llegan a poseer los dones más preciados, permanecen pobres donde podrían volverse inmensamente ricos, permanecen impotentes cuando tienen a su disposición una fuerza inimaginable y permanecen ignorantes, donde la sabiduría más profunda les alcanzaría si así lo desearan.

La falta de voluntad determina su desarrollo espiritual, es decir, su grado de madurez, porque impide que los humanos adquieran conocimientos, porque sólo de la fuente de la que mana el agua viva se puede sacar la sabiduría más profunda, Pero el conocimiento es necesario para alcanzar la altura. De hecho, el conocimiento se puede obtener a través de la obra del amor, pero si el humano no recibe la fuerza de Dios, si no la obtiene de Su fuente divina de gracia, no es capaz de realizar la obra del amor.

Pero la fuerza le llega a él cuando está dispuesto y ya no resiste a Dios. Pero resistencia es cuando Su don de gracia es ignorado o abiertamente rechazado. Es resistencia cuando el humano no se abre, cuando cierra su corazón, cuando se le acerca la Palabra divina que le da fuerza en un alto grado. El hombre no puede ser guiado forzosamente hacia el conocimiento y, por lo tanto, la gracia no puede llegar a él a menos que la exija o la resista.

Y el ser humano recorrerá el camino de la Tierra sin fuerzas, y su alma morirá de hambre porque se le niego el refrigerio en la fuente de la verdad, porque no se le da el alimento y la bebida adecuados, lo cual ha causado la voluntad humana. No hay reemplazo para la provisión de gracia a través de la Palabra divina; no hay manantial del que mane la misma agua de la vida.... Y por tanto tampoco hay camino que lleva a las alturas si no pasa por la fuente de la agua viva.... Y el viajero cansado de la Tierra debe prestar atención, debe descansar y fortalecerse para su próximo viaje, debe reunir nuevas fuerzas y suministrar a su alma lo que necesita....

Porque no es el cuerpo lo que importa en la Tierra, sino sólo el alma, y si se le retiran las fuerzas, su camino en la Tierra es mucho más difícil y suele desviarse. Pero ella saca nuevas fuerzas de la fuente del amor divino. Ella acepta la sabiduría de Dios Mismo, llega a la cognición y su estado se llena de luz, de modo que ahora reconoce claramente su camino terrenal, ve la meta frente a sus ojos y puede perseguirla lleno de esperanza. Y quien bebe de la fuente de la vida, su ascenso espiritual está asegurado, porque es Dios Mismo Quien lo atrae y lo conduce por los caminos rectos hacia el hogar eterno.... Y por eso la fuente divina de la gracia nunca se secará, de ella brota siempre y para siempre el preciso don de la gracia, absolutamente necesario para lograr la vida eterna....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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