Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2790
2790 Pensamiento – dependiente de la voluntad....
28 de junio de 1943: Libro 37
Los pensamientos se forman según la voluntad humana y es por eso que los humanos son responsables de sus pensamientos. Tan pronto como un hombre se observa a sí mismo, reconocerá que sus pensamientos siguen el camino que su voluntad les prescribe, es decir, rechaza los pensamientos que le resultan desagradables y permanece más tiempo con aquellos pensamientos que le atraen. Y así la voluntad humana es decisiva y, dependiendo de la voluntad del mundo o del reino espiritual, es correcta o incorrecta ante Dios.
Y es por eso que Dios puede permitir que los acontecimientos sucedan al humano, sin importar cuán dolorosos sea, depende únicamente de la voluntad humana cómo lo recibe y si esto produce un cambio en su forma de pensar. Los problemas y tribulaciones del mundo deben llevar a los humanos de regreso a Dios, es decir, sus pensamientos deben dirigirse a aliviar el sufrimiento de sus semejantes, pedir ayuda a Dios y cumplir la voluntad divina en todo momento. Pero los humanos se están endureciendo cada vez más y ni siquiera el sufrimiento más severo puede cambiarlos.
Porque su pensamiento sólo se centra en la materia terrenal. Por supuesto, al ser humano le vienen otros pensamientos, pero no lo acepta; su voluntad los rechaza y se aferra a pensamientos que le son de poco beneficio espiritual, porque ama al mundo, y deja constantemente que sus pensamientos giren en torno a este mundo terrenal. Si le viene a la mente el pensamiento de Dios, lo rechaza en vez de aprovecharlo y tratar seriamente con su Creador y conectar los acontecimientos mundiales con la vida del individuo y su actitud hacia Dios.
La impermanencia de los bienes terrenales y la muerte de sus semejantes, que está constantemente ante sus ojos, deberían distraer sus pensamientos de las cosas terrenas y señalarle la eternidad, pero abandona todos los pensamientos que surgen al respecto o se defiende contra ellos y esto son para que algún día tenga que responder por sí mismo. Su voluntad tiende hacia el mundo, y su pensamiento permanece siempre en la misma dirección.... Y este es el estado de toda la humanidad excepto unos pocos que, en su mayor miseria, huyen a Dios y se encomiendan a Él y a Su gracia. Algunos ya no exigen nada de este mundo y se esfuerzan por alcanzar el reino espiritual, pero la mayoría no puede ser disuadida del pensamiento terrenal ni siquiera por los peores acontecimientos, por lo que las dificultades y tribulaciones aún no pueden llegar a su fin.
El bajo nivel espiritual de los seres humanos requiere esto, y el pensamiento erróneo debe cambiarse a través de ello, porque no se puede lograr ningún otro cambio y el tiempo se acaba, porque está llegando a su fin. Y es por eso que aún tendrá que mucho sufrimiento por la Tierra para que los humanos puedan liberarse del amor por la materia, para que puedan superar la Tierra y luchar por los bienes terrenales, para que puedan aprovechar el último tiempo que todavía les queda a ellos hasta la decisión final....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise