2763 Impermanencia de los bienes terrenales.... Su destrucción....
1 de junio de 1943: Libro 34/35/36
Para que no os entregáis al mundo, dios quiere mostraros cuán impermantentes son los bienes del mundo y cuán poco valor tienen porque se os pueden ser quitados de un día al otro. Vuestros pensamientos y aspiraciones solo están dedicados a los bienes terrenales, y gastáis la mayor parte de vuestra fuerza vital en aumentarlos, pero solo son bienes muertos por los que lucháis, con los no podéis hacer nada si os separáis de esta tierra. O tenéis que dejar atrás los bienes del mundo cuando muráis, o los perdáis ya de antemano.
Y esta última es una gracia de Dios... una gracia, que Él os concede para que todavía podéis llegar al reconocimiento. Él os quita los bienes terrenales, es decir, Él os quita de lo depende vuestro corazón, haciéndolo estropear o destruir, para que ahora debáis reconocer que no eran más que bienes falsos, cuya posesión os ha atraído, y que estos son perecederos. Solo cuando hayáis reconocido esto, dirigiréis vuestra atención a los bienes imperecederos, y entonces la obra de destrucción fue una bendición.
Y eso es lo que Dios busca primero para que la gente adquiere el reconocimiento de que sus esfuerzos deben ser dirigidos a otros bienes. Y es por eso que Él os quita mucho que vuestro corazón todavía depende. Él os pone pobre y sin un centavo en el mundo y luego deberíais probaros, debéis separaros voluntariamente de lo que Dios os quita, no debéis desear nada terrenal, sino que solo deseéis lo que viene del reino espiritual, y entonces también tendréis éxito espiritual, y la existencia en la tierra también será mucho más fácil, porque ahora ya no necesitáis tales pruebas de la inutilidad de los bienes terrenales, y no hay peligro más para vosotros mismos, y en consecuencia se os permite poseerlos; porque solo entonces existe un peligro cuando vuestro corazón está encadenado a la materia, cuando el amor de este está equivocado, cuando se dirige hacia esto lo que el hombre debería despreciar durante la vida terrenal, cuando se olvida de su alma que le está confiado y para cuya formación lleva la responsabilidad.
Y por eso se le quitará una cantidad infinita a la gente, tendrán que entregarlo todo, y estarán inconsolables y desesperados cuando todo desaparece ante sus ojos. Esta obra de destrucción es también solo una obra de amor de Dios, porque todo es y sucede para el alma del hombre, para que aprendan a reconocer su tarea real, de modo que acumula tesoros espirituales y desprecia los bienes terrenales.
Los tesoros espirituales duran para toda la eternidad, y sólo cuando el hombre entrega voluntariamente la tierra y sus alegrías, su corazón está preparado para dones de otro tipo, para dones espirituales, que le son ofrecidos a través del amor de Dios, Quien quiere recuperar a Sus hijos. Porque solo reconoce el valor de estos dones cuando ha reconocido la inutilidad de los bienes terrenales, y luego se esfuerza por los bienes espirituales con todos sus sentidos...
Amén
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