Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2760

2760 Propósito de los mandamientos divinos.... Eterna felicidad....

31 de mayo de 1943: Libro 34/35/36

El cumplimiento de los mandamientos divinos es la primera condición para un estilo de vida que agrada a Dios. Sin embargo, los mandamientos divinos solo requieren el amor del ser humano, por lo que la vida humana debe ser una obra de amor continua.... El propósito de la vida terrenal es llegar a la semejanza de Dios, Que es el amor en Sí Mismo; y dado que el hombre carece de todo conocimiento cuando comienza la vida terrenal, los mandamientos divinos, que requieren una obra de amor continua, le son dados como una guía para su caminata por la tierra, y se deja a su libre albedrio organizar su vida en consecuencia. Pero ninguna persona puede salvarse sin amor, de modo que el propósito último de los mandamientos divinos es la capacidad de poder entrar en la felicidad eterna....

Dios ha dado Sus mandamientos para poder dar a las personas la gran felicidad que dura para siempre, porque sin amor nadie puede salvarse. Por sí mismo debería convertirse como el entrar en el reino de la luz lo requiere, pero si es impotente e ignorante, tampoco tendría el impulso de formar su alma por sí mismo para el reino espiritual. Y es por eso que Dios da al hombre Sus mandamientos para que al cumplirlos se alimente con fuerza y su estado ignorante se transforme en un sabio.

Pero tan pronto como ha llegado a saber, se forma a sí mismo, es decir, a partir de un impulso interior, a la semejanza de Dios, trata de asimilarse a la Deidad eterna, que de nuevo sólo puede lograrse a través de la obra de amor. Entonces ya no necesita los mandamientos divinos, porque tan pronto como su corazón es capaz de amar, lo impulsa a practicar el amor, porque la fuerza de Dios sigue fluyendo sobre él y esta fuerza le impulsa a la actividad en amor. De modo que los mandamientos divinos son sólo un medio por el cual se insta al hombre ignorante a recibir fuerza, para que primero testifique de su voluntad y Dios pueda considerarlo de acuerdo con esta voluntad.

Los mandamientos divinos son la indicación hacia el camino correcto, porque solo a través de la obra de amor él recorre este camino, inicialmente todavía inconsciente del éxito espiritual, que tiene como consecuencia un reconocimiento cada vez más brillante, que es una prueba de la fuerza que fluye de Dios... Dios quiere educar a las personas para amar y Él les da Sus mandamientos, que solo requieren amor...

Mientras el hombre esté todavía lejos de Dios, siente estos mandamientos como una carga porque él mismo no conoce el amor. Pero si se le insta a prestar atención a estos mandamientos, entonces también siente que se está acercando a Dios, de modo que cumple los mandamientos de Dios cada vez más voluntariamente, porque se siente fortalecido por la fuerza de Dios y su espíritu se ilumina. Y por eso debe ser educado en la obra del amor, para que este último se ejerza entonces con toda libertad de voluntad y lleve al hombre al estado del conocimiento, al reconocimiento, que lo capacite para entrar en el reino espiritual.

La obra del amor es el único camino a Dios, y este camino se muestra a las personas a través de los mandamientos divinos, cuyo cumplimiento nunca se exige de forma obligatoria. Si el hombre quiere ignorarlo, entonces permanecerá en un estado mental oscuro; de ninguna manera está obligado a practicar el amor, solo a través del sufrimiento y las luchas durante su vida en la tierra, se le advierte repetidamente que sea amoroso porque Dios no quiere dejarlo en la ruina.

Por eso se le presentan los mandamientos divinos una y otra vez, una y otra vez su pensamiento se ve influenciado, y una y otra vez se ve puesto en situaciones diferentes en las que puede realizar obras de amor para que pueda probar en sí mismo que efecto tiene una obra de amor... porque su estado espiritual depende del cumplimiento de los mandamientos, y de esto la entrada a la felicidad eterna...

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise