Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2458
2458 La protección de Dios para los portadores de la luz.... Las dificultades terrenales para fortalecer la fe....
27 de agosto de 1942: Libro 33
Una luz brillante cae en las tinieblas de la Tierra.... Y la luz esparce un resplandor brillante, penetra las tinieblas, las parte y finalmente las desplazará por completo. Amanecerá la mañana luminosa, desaparecerá la noche espiritual y con ella el sufrimiento y la tristeza, que son sólo consecuencias de las tinieblas espirituales. Y es por eso que la Tierra tendrá que soportar sufrimiento y tristeza mientras aún no desee la luz. Pero a quien ilumina la luz, su mente también se vuelve hacia ella y sólo necesita sufrimiento y tristeza en pequeña medida.
Pero si una persona se ha convertido en un portador de luz, entonces su alma es un receptáculo del Espíritu divino, que irradia la luz a las personas que tienen hambre de luz y especialmente a aquellas cuya voluntad consiste en instruir a sus semejantes en la verdad pura. Estas pueden caminar tranquilamente por la vida terrenal porque siempre serán guiados correctamente si su voluntad consiste en difundir la luz extraordinaria. Las dificultades terrenales, que el hombre puede evitar mediante una estrecha unión con Dios en la oración o leyendo Su divina Palabra, sólo está permitidas para el propósito de fortalecer la fe del hombre, para que siempre se refugie en Dios y así se establezca una relación íntima entre el hombre y Dios. Porque sólo así la persona puede convertirse en portadora de luz y, por tanto, en propagadora de la Palabra divina.
Si una persona establece está conexión íntima por voluntad propia, ya no necesita más necesidades y dificultades, porque se ha vuelto luz dentro de ella, y no puede evitar de difundir la luz por todas partes, siente dentro de sí misma el impulso de regalarla a sus semejantes y llevarlos a una fe profunda. Y ahora ayuda a disipar la oscuridad y será bendecido por Dios, será protegida por Él y guiada con seguridad hasta la altura. El hombre necesita extraordinariamente la luz, la sabiduría de Dios, precisamente por su estado de falta de luz.
Entonces Dios protegerá a los portadores de luz de la ruina física y mental. Tampoco mandará sobre ellos eventos terrenales que puedan obstaculizar el trabajo de su alma en la difusión de las enseñanzas de luz, es decir, que pudieran impedir cualquier trabajo espiritual. Dios sabe acerca del alma de cada persona, y también sabe acerca de la necesidad espiritual de la gente en la Tierra, y hace todo lo posible para remediar la necesidad espiritual a fin de transmitir la verdad pura. Él brindará una protección muy especial a quienes su voluntad ha elegido para convertirse en portadores de luz y que se han declarado dispuestos a esta tarea por su propia voluntad para trabajar en beneficio de sus semejantes....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise