Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2442
2442 Transmitiendo el alimento espiritual.... Amor al prójimo....
8 de agosto de 1942: Libro 33
El alimento espiritual da al ser humano la fuerza necesaria para resistir al mal y al trabajo en su alma. Y por eso no necesita temer que alguna vez le falta fuerza si la necesita, es decir, si tiene voluntad al ascenso espiritual. La voluntad siempre le proporcionará la fuerza que le puede ser suministrado a través de la recepción de la Palabra divina. El hambre espiritual será saciada en cualquier momento y ya no querrá perderse el alimento del alma una vez que haya sido alimenta con ello. Porque es un don divino, es la expresión de Su amor, es el suministro de fuerza y fortalecimiento, que para un hombre faltar significa pobreza del alma una vez que la ha recibido. Pero Dios no retira arbitrariamente este don divino, por lo que la alimentación espiritual permanece constante mientras el hombre mismo no desprecie el don de la gracia.
Pero ahora el amor exige que ofrezcamos también alimento espiritual a nuestros semejantes, para alimentarlos también, por así decirlo, para que puedan recorrer el camino de la Tierra como es la voluntad de Dios. Sólo entonces el hombre se muestra digno del amor de Dios por él. El amor debería impulsar al hombre a dar a sus semejantes las mismas cosas que se han vuelto indispensables para él mismo; Debe transmitir la fuerza y la gracia sabiendo que sin el alimento espiritual sus semejantes sufrirán y que Dios permitirá que el don de la gracia llegue a la Tierra para todos los humanos....
Porque los humanos tienen que luchar constantemente con las fuerzas del mal y necesitan fuerzas para poder luchar. El alimento espiritual ha sido ofrecido al hombre de Dios por amor, y debe transmitirse a los demás seres humanos con el mismo amor. Sólo entonces el receptor se hace digno del don divino de la gracia de Dios y cumple el primer mandamiento, de amar al prójimo como a uno mismo....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise