Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2441
2441 Camino de vida prescrito por Dios.... Libre albedrío.... Acción y efecto....
8 de agosto de 1942: Libro 33
El más pequeño acontecimiento en la vida tiene su propósito, aunque esto no sea evidente para el hombre. No hay coincidencias, sólo providencias de Dios, porque el camino de la vida de cada humano está predeterminado hasta el más mínimo detalle, pero siempre correspondiente a la voluntad de los humanos, que Dios previó desde la eternidad. Esto es de tan enorme importancia que la gente debería saberlo, pero esta misma enseñanza e menudo da lugar a pensamientos erróneos.... que los humanos ahora creen que está exenta de toda responsabilidad porque tendría que llegar así como Dios lo ha querido desde la eternidad.
La gracia de la encarnación también da al ser humano el libre albedrío, y ahora puede pensar y actuar de acuerdo con esa voluntad. Entonces ahora viva la vida, así como él la quiere; Pero también se le deben dar oportunidades para poner a prueba su voluntad, es decir, decidir para el bien o para el mal. De modo que sólo la voluntad para la transformación espiritual de su alma es completamente libre, mientras que la voluntad humana todavía está en cierta medida ligada a una relación terrenal.... que él también puede determinar los acontecimientos terrenales en virtud de su voluntad, pero sólo él mismo puede estimular la ejecución, pero el efecto nunca depende sólo de él.
Dios dirige el efecto de cada expresión humana, según el plan más sabio, de tal manera que se pueda promover la formación del alma si la voluntad humana tiene nuevamente a ello. Así que cada proyecto de una persona puede ser impedido por la voluntad de Dios, o primero debe tener la aprobación de Dios antes de poder llevarse a cabo. Sin embargo, Dios también dará esta aprobación si una acción no corresponde a la voluntad divina, para no restringir la libertad de la voluntad, pero si el éxito es así como lo espera el que lo ejecute, está fuera del control del humano.
Todo sucede como Dios lo quiere; y cualquiera que sea el camino de la vida destinado al hombre, es la voluntad de Dios la que le ofrece la oportunidad de madurar de tal manera que pueda beneficiarse de ello para su alma. Pero, por otra parte, el hombre debe ser responsable de su voluntad si quiere si quiere realizar algo malo, aunque el efecto sea impedido por el cuidado de Dios. Correspondiente a la voluntad del hombre, que Dios conoce desde la eternidad, todos los acontecimientos le ocurren como Dios lo ha determinado. Tomó, por así decirlo, la voluntad de los humanos, que Él conocía como guía para su vida terrenal y ahora, en cierta medida, permite que esta voluntad siga su curso, pero protegiendo a los hombres que Le son devotos de todos los graves efectos de lo que provoca la mala voluntad de los humanos....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise