2435 Formulación del pensamiento....
3 de agosto de 1942: Libro 33
Todo pensamiento es formulado por la voluntad del ser humano, por lo que en cierto sentido el ser humano es responsable de la naturaleza de sus pensamientos, pero no debe ser visto como el autor del pensamiento. El pensamiento primero se le transmite a él, no es que surja a través de él mismo. Sólo el ser humano da primero la expresión al pensamiento que le llega y que suele corresponder a su naturaleza. Y por eso se cree como autor del pensamiento.
Es cierto que también determina qué bienes de pensamientos se le pueden transmitir, pero esto lo decide su voluntad, porque la voluntad también puede negarse a dirigir los pensamientos que le llegan al cerebro y dejarlo llegar a la conciencia del humano. Pero si la voluntad ha decidido aceptar los pensamientos intelectualmente, ahora también les da forma, es decir, la afluencia de fuerza desde el ámbito espiritual se convierte en lo que el ser humano entiende como pensamiento. Porque el pensamiento es una fuerza espiritual que se expresa en frases coherentes.
Por eso también se habla del propio pensamiento, porque los humanos mismos forman frases, porque primero formulan lo que se le transmite espiritualmente de tal manera que sea comprensible para sus semejantes. Y esta formulación del pensamiento corresponde a su naturaleza; siempre será así como el humano mismo lo considere comprensible en general, porque le gustaría transmitir lo que ha recibido y busca la forma más adecuada para ello. Por lo tanto, se puede decir en general que el hombre mismo piensa porque sólo expresará lo que es comprensible para su naturaleza, pero no se da cuenta de que cada pensamiento surge de un autor como fuerza, y que él mismo forma los pensamientos de tal manera como a él le gusta....
Esta formulación es nuevamente una actividad del cerebro, es decir, utilizar la fuerza vital que llega a todo ser humano. Porque esta capacidad le ha sido dada por Dios, completamente independiente de la fuerza creativa, es decir, de forma independiente, para adquirir un tesoro espiritual guiándolo desde al corazón al cerebro y evaluarlo intelectualmente, es decir, para dar forma a los pensamientos que le llegan a través de su voluntad, que en cierto modo adquiere un carácter personal.... y ahora es visto como su propio producto....
amén
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