2428 La fe correcta puede hacer mucho....
31 de julio de 1942: Libro 33
La fe correcta puede hacer mucho. Todos los pensamientos deben dirigirse hacia el hecho de que el amor divino no deja nada sin cumplir de lo que el creyente pide, porque Dios es omnipotente, y cuando un humano ha hecho suyo esta fuerte fe, se entrega completamente a la voluntad divina, y ahora su voluntad ya no se desvía de la voluntad de Dios.... Y Dios ahora puede realizar todo a través de este humano. El humano ahora no querrá nada más que lo que Dios quiere, y por eso su fuerza ahora también se divina, es decir, está impregnado de la voluntad de Dios y al mismo tiempo de Su fuerza, y todo lo es posible para él. La verdadera fe no tiene reservas, actúa según lo impulsa su corazón. Y en consecuencia no puede querer ni hacer nada que contradiga la voluntad de Dios, porque su espíritu dentro de él nunca le diría que haga algo que sea contrario a la voluntad divina.
El humano de ningún modo está obligado a actuar y pensar, porque si es incrédulo, sus pensamientos se mueven en áreas completamente diferentes y nunca pensará en Dios y, por lo tanto, no querrá hacer cosas que están más allá de la fuerza natural. Pero si es creyente, los pensamientos le son dados y entonces también corresponden a la voluntad de Dios. Y así, la voluntad divina misma impulsa al hombre a realizar lo que le viene a la cabeza.
Pero Dios necesita humanos con una fe tan fuerte para poder obrar a través de ellos. Deben entregarse a la irradiación de la fuerza de Dios sin dudarlo y ahora voluntariamente se dejan utilizar como Sus herramientas, deben sacrificar sus pensamientos y razonamiento a Él y ahora entregarse a Sus pensamientos más íntimos, lo que le exigen de él. Porque esta es la voz de Dios que le dice a un humano que está dispuesto a creer y servir lo que debe hacer para traer la salvación espiritual al mundo que lo rodea. Y el creyente cumplirá la voluntad de Dios sin dudarlo porque la percibe como divina. Y así podrá realizar cosas que están más allá de lo posible, porque no es él quien las hace, sino Dios Mismo a través de él....
amén
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