Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2187

2187 Muerte espiritual.... Estado sin vida en el más allá....

16 de diciembre de 1941: Libro 31

Este es el estado de muerte en el que toda actividad es imposible y por tanto la esencia que ha caído en la muerte permanece en el mismo estado, es decir, no puede cambiar dentro de sí misma. Pero el estado de muerte no es un estado del inconsciente. No existe la muerte física, sino que esta palabra sólo es aplicable al estado espiritual. Lo que en la Tierra parece muerto sigue vivo, porque no permanece igual, sino que cambia, y por tanto no está completamente sin vida....

Sólo se puede llamar verdaderamente muerto al ser cuyo estado mental es tan profundo que está condenado a la inactividad, y este estado es extremadamente doloroso, porque el ser sabe de sí mismo y de su situación y no puede liberarse de ella. Estar espiritualmente muerto es, por tanto, el mayor tormento cuando el ser se ve obligado a la inactividad, que sólo en la actividad reconoce un estado tolerable.

Durante eternidades la esencia realizaba una actividad, aunque inicialmente fuera mínima, pero a través de su voluntad de servir la esencia se liberó, que entonces se le permitió realizar una actividad que correspondía a su voluntad. Así, su voluntad probablemente estaba atada durante eternidades, pero al ser mismo nunca se le impidió estar activo, y podía redimirse a través de la actividad, siempre que estuviera dispuesto a realizar esta actividad al servicio del amor.

Pero ahora toda actividad se vuelve imposible; el ser está literalmente sin vida y sufre terriblemente por esta condición, que es su propia culpa. Porque estar muerto no significa ser aniquilado, sino que lo muerto también permanece, para el sufrimiento insoportable de aquel. El estado sólo puede ser transformado en estado de vida por Dios Mismo, porque lo luminoso no tiene poder sobre lo muerto, porque cada rayo de luz que los seres de luz transmiten es un despertar a la vida y ellos también considerarían a los muertos con su amor, por lo que le darían vida nuevamente, pero esto no corresponde a la voluntad de Dios, porque lo muerto sólo puede volver a la vida si está dispuesto a amar.

El estado de inactividad es tortuoso, y estos tormentos deben obligar al ser a tomar una decisión.... a favor o en contra de Dios. Hasta que el ser tome esta decisión, no se le puede dar amor y, por lo tanto, no se le puede transmitir ninguna fuerza para una actividad. Pero un ser sin vida ha caído en la muerte espiritual porque todavía se resiste completamente a Dios y no ha usado su vida terrenal para abandonar esta resistencia.

La última posibilidad es el estado de completa falta de vida en el más allá con la conciencia de la propia existencia. Al ser no se le concederá ninguna concesión y él mismo debe exigir la liberación de su estado sin vida, lo que a menudo dura eternidades antes de que el ser tome esta decisión. Sólo entonces llegan al ser rayos de luz aislados, es decir, Dios Mismo da Su consentimiento a la actividad redentora de los seres de luz sobre los sin vida....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise