Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2113

2113 Creer en una supervivencia.... Consecuencias de la vida terrenal en el más allá ....

14 de octubre de 1941: Libro 30

La preocupación por la salvación del alma no se toma en serio y debe anteponerse por delante de todo, porque es el único propósito de la vida humana. Y, sin embargo, no se puede obligar al hombre a hacerlo, solo se le puede presentar una y otra vez que tiene que asumir las consecuencias de su actuar en la tierra después de su vida terrenal, que él, si no considera el alma en la tierra, tendrá que vivir una existencia que es muchas veces más insoportable y más dolorosa de lo que puede ser la vida más pobre y dolorosa de la tierra.

El hombre solo vive en el presente y cree que este presente termina con la muerte de cuerpo. Y entonces tampoco se preocupa por el futuro. Y solo está en la tierra para el futuro.... La creencia en una vida después de la muerte no se le puede transmitir a la fuerza y, por lo tanto, tampoco no se le puede ofrecer evidencias obvias del más allá, para no limitarle en su libertad de creencia.

Pero si el hombre solo tuviera la buena voluntad de estar en la verdad, esto haría que el mundo espiritual fuera notable para él porque luego prestaría atención a las señales más pequeñas y la creencia en un más allá cobraría vida en él. Pero en general la mayoría de las personas no valoran en saber algo sobre el “después”. El hombre vive en la tierra y está satisfecho con esta certeza, siempre con la condición de que ya no sabe ni siente nada después de su muerte corporal.

Y él no considera que solo la forma externa se haya vuelto sin vida.... porque el espíritu.... la vida verdadera.... se haya escapado de ella.

Él no considera que este no puede morir porque es imperecedero y solo deja su forma externa en la tierra para entrar en su verdadera patria.

Y él no considera que él mismo se crea el reino espiritual en la tierra.... que está correspondiendo a su vida terrenal.... Que puede ser a la vez un ambiente sin luz, hostil y deprimente tanto como un ambiente radiante y feliz para el alma del hombre.

Él no considera que, en un doloroso remordimiento se recordará de su vida terrenal no aprovechada.... que nunca podrá decir que el conocimiento al respeto no le fue impartido.

Las enseñanzas al respeto se darán a cada hombre, pero no todos los hombres aceptan estas enseñanzas porque no están dispuestos porque no tienen la voluntad, y la voluntad no puede ser obligada. Entonces solo se ocupan del cuerpo y su enfoque está dirigido solamente al bienestar de este, mientras que el alma es ignorada.

La necesidad de las personas es grande y, por lo tanto, también la necesidad corporal debe ser tan grande que la persona entre en sí misma y se aclare la vulnerabilidad de todo lo terrenal y también la fragilidad del cuerpo, de modo que luego se ve preguntando frente a la infinidad y que ahora puede ser dirigido a una forma diferente de pensar....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise