Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/2020
2020 Voz interior.... Pensamiento.... Acción....
8 de agosto de 1941: Libro 30
Aquello contra lo que se defiende la parte más íntima del hombre no corresponde a la voluntad de Dios, así como la voluntad de servir a Dios lo determina a pensar y actuar. Está expuesto a los más variados intentos por parte del adversario. Aprovecha cada debilidad de voluntad para hacerle daño.
Pero un niño terrenal devoto a Dios siente los sentimientos más finos que se dirigen contra esto, y es por eso que para el ser humano siempre sea correcto lo que afirma en su corazón y esto como injusto, que le causa malestar. Incluso lo que sirve para el bienestar del cuerpo despertará una leve inquietud en él, siempre que no corresponda a la voluntad divina, sino a la voluntad del oponente, y es por eso que el hombre debe prestar atención a la voz suave del corazón y obedecerla siempre.
Toda acción tiene su origen en el pensamiento es la acción de fuerza buena o mala sobre el hombre. El pensamiento es un influjo espiritual de poder al que el hombre se entrega. Y el pensamiento es seguido por la acción usando la fuerza de Dios.
Si el pensamiento correcto llega al hombre, es decir, si recibe la comunicación de seres espirituales buenos, entonces el hombre no puede de otra manera que realizar estos pensamientos utilizando la fuerza inherente en él y dejando que su voluntad se active.
Cuanta menos resistencia encuentran las fuerzas espirituales buenas en un hombre, cuanto más diligente está el hombre en su actividad, más pensamientos utiliza, y esto un trabajo constante, una actividad permanente. Y si el ser humano deja que los buenos pensamientos le afectan, si escucha a los buenos seres espirituales, entonces también puede hacer buenas obras.
Pero los hombres sin escrúpulos también aceptan las transmisiones por parte de las fuerzas malas, y luego también permiten que su voluntad se active al hacer malas acciones. Pero no se les impide hacerlo. Si no prestan atención a la voz interior, entonces también todo intento de los seres buenos cada intento es en vano, su influencia es mínima y, en consecuencia, se apartan de las personas hasta que buscan a Dios nuevamente por su propia voluntad y Él entonces se deja encontrar por ellos.
Si el esfuerzo en el hombre es grande para la perfección, entonces también reconoce si la voz interior le amonesta correctamente, y también siente lo que debe rechazar, porque Dios da al hombre que se esfuerza el reconocimiento correcto y él solo debe prestar atención a la voz interior en sí mismo, porque será guiado bien ahora y para siempre....
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise