Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/1798
1798 La hora de la muerte....
31 de enero de 1941: Libro 27
Para mucha gente la hora de la muerte se ha convertido en un momento de miedo insoportable, la temen y se asustan de cualquier pensamiento, y siempre es una señal de un alma inmaduro. Inconscientemente el alma siente su estado imperfecto y ve la muerte corporal como el fin de su turno en la tierra.... siente instintivamente que la vida terrestre no se ha aprovechado bien, y por esto la idea de la muerte para el hombre es algo terrorífico. La incerteza de la muerte le vuelve intranquilo, está lleno de dudas sobre una vida extendida, pero no está convencido por completo que la vida se ha terminado definitivamente. Y justamente la inseguridad sobre lo “después” es lo que hace al hombre entrar en miedo frente la hora de la despedida de este mundo. Más maduro el hombre es, menos le afecta pensar en la muerte, y tiene su razonamiento en el conocimiento que la vida auténtica comienza después de la vida corporal. Poder dejar atrás a la vida terrestre con corazón ligero es condición primera para la entrada a la esfera de la luz, porque el hombre ya no depende de los bienes terrestres, ha superado a la materia.... Todo lo que el hombre deja atrás en la tierra es bien terrestre, y no se debe anhelar más, sino abandonarlo con corazón ligero, entonces su despedida de la tierra será fácil. Nada debe existir de lo cual el hombre cuelga su corazón, sino la soltura de la tierra siempre será una lucha. Entonces cualquier anhelo se debe vencer desde el principio para que la muerte se pueda acercar al hombre en cualquier momento y no lo sorprenda jamás. La voluntad de Dios determina el final corporal del hombre, porque aquel que busca a Dios será feliz en cuanto su vida terrestre se haya terminado. Espiritualmente ya se encuentra en aquella esfera y anhela solamente la hora que le lleva finalmente a casa, a donde el espíritu anhela llegar, donde se encuentra su patria verdadera. Y por esto la hora de la muerte para uno puede estar llena de angustia, miedo y susto, pero para el otro es la garantía de conseguir lo que hace mucho tiempo ha soñado y ha esperado. Es la hora de la liberación de cualquier forma, significa para él la entrada en el reino eterno, en la gloria eterna.... Y lo que el hombre contempla como la muerte puede ser la entrada a la vida eterna, si lleva la vida terrestre conscientemente, es decir que lo ha vivido con Dios y entonces está preparado para una vida en la eternidad.... Pero si que puede significar la muerte verdadera, y esto el alma lo siente y se asusta ante esta hora, pero llegará seguramente, en cuanto el tiempo de la vida terrestre que Dios ha dado al hombre se ha pasado. Y cada hombre debe pensar en la hora de su muerte y con esta perspectiva vivir su vida conscientemente, es decir trabajar en su alma, conseguir aquel grado de maduración que le hace fácil y sin dolor el pasaje de la tierra al reino eterno....
amén
Traducido por Bea Gato