1537 Un momento de luz.... Rayo de iluminación....
24 de julio de 1940: Libro 25
Un momento de luz puede iluminar a un ser humano y cambiar sus puntos de vista anteriores, y esta es entonces una gracia muy especial del Señor, Que dirige Su fuerza en toda su plenitud a un niño terrenal que exige la verdad para acortarle el camino acerca de preguntas y dudas ansiosas. Y esto presupone un amor profundo a Dios; el ser humano tiene que ser digno de esta gracia y haberlo demostrado a través de su forma de vida, aunque esté basada en un pensamiento erróneo.
El impulso más íntimo del ser humano puede estar dirigido hacia lo bueno, siempre puede hacer lo correcto y aun así no estar en la verdad, pero su voluntad es buena y está dirigida hacia Dios, y así el amor divino lo capta y le envía un rayo de iluminación interior. Y de repente pudo ver, su espíritu despertó y le mostro con la luz adecuada lo que antes no había comprendido. Y con el corazón lleno de gratitud acepta la gracia divina, porque la reconoce como tal, es consciente de la gran gracia y alaba al Señor sin cesar. Porque también sabe el peligro del que ha escapado. La luz se ha encendido como un relámpago y su amor por Dios se ha encendido.
Haber encontrado el núcleo de la verdad es verdaderamente el don de gracia más hermoso, porque permanecer en la verdad significa también estar conectado con Dios, ya que Dios Mismo es la verdad. Y haber encontrado a Dios hace latir el corazón más rápido de quien ha buscado a Dios. La probabilidad de una devoción total a Dios es obvia, pero Dios no siempre exige una separación completa de los deberes terrenales, pero el hombre ahora puede cumplir su tarea terrenal con mayor diligencia, pero íntimamente conectado con Dios persiguiendo con entusiasmo el objetivo espiritual y ser excepcionalmente productivo en ambas áreas.
Y entonces, la gracia divina actúa visiblemente en este ser humano, su espíritu se libera y se esfuerza hacia arriba, e inmediatamente cumple su deber en la Tierra. Pero un estilo de vida así, que se lleva a través del reconocimiento de la sabiduría divina, es indescriptiblemente dichoso y exitoso, porque también es capaz de hablar de manera convincente y difundir su conocimiento a sus semejantes. Sólo ahora vive la vida conscientemente en la gracia de Dios y reconoce a su Creador desde la eternidad y Su voluntad, que ahora trata de cumplir....
amén
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