Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/1452

1452 Un signo seguro del deseo de la verdad....

3 de junio de 1940: Libro 24

El núcleo de la verdad solo se puede encontrar cuando se desea conscientemente. Es cierto que los hombres creen que lo que les parece aceptable es siempre la verdad, y dado que los hombres están dispuestos de aceptar de manera diferente, tendría que haber también verdades diferentes. Pero la pura verdad siempre y permanentemente es siempre la misma. Y aquel que se esfuerza por lograrla no puede andar en el error. pero, ¿cuándo un hombre lucha por la verdad.... cuando cada persona piensa que no desea nada más que la verdad?

Una característica segura del deseo de la verdad es la entrega voluntaria de lo que el ser humano ha reconocido anteriormente como verdad y una apertura voluntaria de del corazón para recibir la verdad desde arriba. Este último expresa su voluntad por la pura verdad, porque siempre reconocerá una cierta carencia en todas las tradiciones y ahora probablemente sabrá distinguir la obra humana de lo que viene directamente de arriba. Y se sólo le preocupa la pura verdad, debe primero eliminar todo lo que sea de origen humano.

Tiene que ceñirse exactamente a la Palabra divina recibida y tratar lo menos posible de hacerse propiedad intelectual de lo que fue transmitido por la escuela a los semejantes. Tiene que mantenerse extremadamente consistente, dejar siempre primero que la palabra desde arriba le hable antes de reconocer la palabra transformada como verdad. Tiene que tener cierta seguridad contra el enemigo, que representa a menudo la palabra cambiada que no corresponde a la voluntad divina. No debe estar satisfecho con su pensamiento intelectual, sino que siempre y en todas partes debe tomar el consejo de Dios como ayuda y, por lo tanto, siempre desear la ayuda de Dios para reconocer ahora la más pura verdad y tiene que estar dispuesto a abandonar sus opiniones preconcebidas, si estas no coinciden a lo que se manda desde arriba....

Amén

Traducido por Hans-Dieter Heise