Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/1448
1448 Hora del evento terrible....
1 de junio de 1940: Libro 24
La hora del evento terrible os va a enseñar a vosotros, humanos, que sois criaturas impotentes, dependientes de la voluntad du un Poder que está tan fuerte, que todo le está sujeto en el cielo y en la tierra. Tendréis que inclinaros ante este Poder, y si vuestra voluntad se rebela contra este poder, la ruina eterna será vuestro destino. Y por tanto sabed que el Mismo Señor se opone a vosotros para que vuestro ajetreo y bullicio, que está completamente bajo la influencia del adversario, llegue a su fin.
Sabed que tenéis que expiar enormemente por ignorar Sus mandamientos y eliminar por completo el amor de vuestra vida. Esto no os traerá ninguna bendición, porque no correspondéis a la voluntad divina, sino que os sometéis a la voluntad del adversario. Y por lo tanto, también debéis aceptar las consecuencias de vuestra mala voluntad. Sabed que Dios ha puesto sus límites a las actividades del adversario y que también vosotros lo sentiréis cuando Dios oponga Su poder al adversario.
Y tenéis que soportar sufrimientos indecibles porque sois culpables del sufrimiento de los demás seres humanos, tenéis que experimentar el mismo sufrimiento por causa de la justicia divina, que no puede permitir que el hombre haga sus propias leyes, que contradicen a Sus leyes, que se arroga derechos que nunca se le han sido dados por Dios, que acosa a personas inocentes y realiza obras que claman venganza al cielo. Y la venganza vendrá, y el mismo horror se apoderará de aquellas personas que se enfurecen ante el horror de sus semejantes y violan la ley y la justicia.
Porque el amor y la mansedumbre de Dios son para los oprimidos y débiles, que están a merced de la tiranía de los fuertes.... la sabiduría y omnipotencia de Dios interviene cuando las acciones del adversario ya crean el infierno en la tierra. Pero el país debe ser devastado, que alberga gente que lleva el demonio dentro de sí, y las atrocidades deben llegar a su fin y la humanidad debe recordar nuevamente al Creador y esforzarse por llevar una vida diferente, para que el alma pueda ser liberada de la necesidad más profunda....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise