Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0925
0925 Estado de debilidad mental.... Disminución de la receptividad....
21 de mayo de 1939: Libro 18
El estado de debilidad de la mente debe superarse porque hay una gran tarea por cumplir en vez de tomar en cuenta el descontento. Y solo se necesitará siempre la voluntad seria para remediar tal estado de desagrado, porque el hombre debe recibir con gozo la Palabra de Dios.... pero ese espíritu débil tampoco puede afirmar con gozo lo que se le ofrece. Los seres espirituales docentes no tienen tal influencia si el niño terrenal no presta plena atención a las enseñanzas, no pueden hacerse notar fácilmente y no pueden transferir la fuerza si el receptor no es receptivo.
Por lo tanto, tampoco sería posible transmitirle un bien espiritual profundo si la mente es débil y no puede seguir con atención. Cuanto más dispuesto se dedica el niño terrenal a este trabajo más fácil le será captarlo, e incluso si unas ventajas aparentes pudieron llevar al hombre a interrumpir la conexión del más allá a la tierra por un corto tiempo, esto es un gran descuido del mandamiento divino, o más bien de la voluntad anunciada por Dios, porque esto te determinaba a recibir la Palabra y eras completamente libre de asumir este oficio o no. Sin embargo, tu compromiso único también debe ser mantenido y no puede ser retirado o anulado, porque los que te enseñan esperan ansiosamente todos los días el momento, donde tu diriges nuevamente tus pensamientos hacia arriba, preparándote para la recepción.
Y, por lo tanto, es una bendición tan indescriptible cuando puedes establecer la conexión con el Señor con bastante frecuencia durante el día, cuando el estado de alienación nunca es la razón para descuidar la recepción, porque solo un niño terrenal que está dispuesto a recibir y esperando ansiosamente es completamente capaz para llevar a cabo tal obra, porque la verdad debe desearse con un corazón hambriento para ser reconocida como tal y también para ser transmitida. Porque la sabiduría de Dios es profunda y solo se puede comprender cuando el niño terrenal está completamente de acuerdo con su maestro del más allá. Y entonces tal niño terrenal prefería renunciara las alegrías y placeres terrenales que renunciar a la conexión con el mundo del más allá y apreciar la gran gracia de estar conectado con su Salvador y Redentor y escuchar la llamada de Aquel, Quien revela Su gran amor....
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise