Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0865
0865 Supresión de los deseos ventaja para el alma.... Mandamientos.... Renuncia
15 de abril de 1939: Libro 17
Actuar en contra de la voluntad divina nunca puede ser de ninguna utilidad para el alma, aunque el cuerpo obtenga una ventaja de ello. Y por eso los mandamientos divinos serán casi siempre un estorbo para el bienestar terrenal; siempre exigirán una cierta renuncia o abstención de los seres humanos y, por lo tanto, rara vez tienen aceptación cuando los humanos intentan disfrutar de la vida al máximo. Sin embargo, es innegable que hay una bendición para el alma cuando se cumplen los mandamientos mientras se descuidan las comodidades corporales. El alma trata de deshacerse de todo lo que la estorba y se siente indeciblemente bien en un estado libre, que, sin embargo, no beneficia al cuerpo durante el tiempo terrestre, porque todas las ventajas del alma sólo tienen un efecto puramente espiritual y por lo tanto no pueden ser sentidas por el cuerpo físico. Y por lo tanto, la vida del alma debe estar completamente separada de la vida emocional del cuerpo.
Sin embargo, el alma se dañará en cierta medida teniendo en cuenta el cuerpo cada vez, porque si los deseos terrenales son satisfechos, aumenta al mismo tiempo la materia y, en consecuencia, también el grillete en el que aún languidece el alma. Y el ser humano debe liberarse de la materia, debe evitar todo y quitarlo del cuerpo sólo para liberarse de la materia que lo ha tenido cautivo durante miles de años. Cualquiera que considera esto también podrá apreciar el peligro que yace en el cumplimiento de los deseos terrenales.... Usará toda su fuerza de voluntad para poder resistir los deseos del cuerpo, y apoyará al alma en su necesidad y ayudarla para poder liberarse de los grilletes de la materia.
En cada situación de la vida terrenal, el hombre trata naturalmente de explotar para sí mismo la mayor ventaja posible, siempre piensa ante todo en hacer soportable su existencia terrenal y no ve el peligro que yace en tales esfuerzos. Si primero quisiera pensar en su alma y considerar las posibles consecuencias para ella, entonces ciertamente sería mucho más fácil para él renunciar a muchas ventajas terrenales y contentarse con la promoción de su alma.
Pero si el hombre presta poca o ninguna atención a todos los pensamientos espirituales, siempre estará interesado en hacer su vida terrenal lo más cómoda y despreocupada posible, y de lo contrario rechazará todo lo espiritual en la opinión equivocada, quedando así también libre de cualquier responsabilidad. Es por eso que el arduo trabajo de los seres del más allá siempre está dirigido al esclarecimiento acerca del destino real del hombre. Una vez que esto ha llegado a ser claro para el ser humano, verá una ventaja para el alma en la supresión de sus propios deseos, trabajará más por la salvación del alma, y en la misma medida también perderá el anhelo por el mundo y por el bien de su alma también renunciará allí donde anhela ansiosamente el cumplimiento de sus deseos....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise