Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0849
0849 Propósito de la obra de creación.... Ninguna aniquilación total....
5 de abril de 1939: Libro 17
Con la aniquilación del mundo, es decir, toda la creación visible, todo lo espiritual quedaría subdesarrollado, por así decirlo, ya no encontraría ninguna sustancia que le permitiera una estancia, y por lo tanto permanecería siempre y para siempre en el mismo estado, ya que no tendría ninguna tarea a través de la cual lo espiritual pudiera ser llevado a la madurez. Por lo tanto, estaba en el sentido del Creador redimir a este espiritual de la inactividad por un lado y de la imperfección por el otro.... estaba en Su intención atraer todo lo espiritual hacia Sí Mismo, lo cual nunca fue posible en este estado inmaduro; Entonces le dio innumerables oportunidades para madurar, y así la creación se convirtió en un medio para un fin, por así decirlo. La creación en sí misma no es el propósito y el objetivo del poder creativo divino, sino la unificación final de todas las cosas espirituales de Dios, que nuevamente solo se hizo posible a través de la creación.
Todo lo que es visible al ojo humano tiene la gran tarea de llevar lo espiritual que alberga dentro de sí mismo a la Deidad eterna, porque en toda materia lo espiritual lucha hacia arriba. Ahora bien, si el divino Creador a veces abandona cualquier obra de la creación a la destrucción o aniquilación por Su voluntad, esto se considera prudentemente en la medida en que libera lo espiritual que se alberga en ella, que ahora puede permanecer en lo aún existente o en la creación que está emergiendo nuevo.
Una aniquilación total, sin embargo.... una caída de toda la creación sería un eterno castigo para todo lo espiritual que aún está inmaduro. Sin embargo, el amor del divino Creador no es de tal naturaleza que deje que todo lo que ha emanado de Él permanezca en tal estado, que no corresponde a la perfección del Creador. Por lo tanto, nunca se cuestionará una aniquilación total de la creación, sino cambio permanente de todo lo que existe, en cuanto está conectado con la materia.
La materia como portador de todo lo espiritual tiene que estar expuesta a cambios constantes para asegurar también un desarrollo superior constante; sólo con la entrada en el reino espiritual la materia deja de ser necesaria, pero aún sigue existiendo en la imaginación del ser espiritual imperfecto hasta que se ha liberado del último deseo por ella y entonces sólo vive en el amor, que es el epítome de todo lo espiritual.
El momento de la unificación con Dios sólo puede ocurrir en la completa separación de toda la materia, y así toda la creación tiene que haber sido vivida.... el alma debe haber vencido toda forma, toda obra de la creación, tiene que haberse trabajado a través de todo lo visible, tiene que haberles extraído todo lo espiritual y haberse multiplicado con eso ella misma y ahora está en toda perfección ante su Creador y anhela la unificación final con Él. Entonces la obra de la creación ha cumplido completamente su propósito y lo espiritual y lo espiritual ha sido traído de vuelta al Padre celestial y Creador desde la eternidad....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise