Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0743

0743 Clarividencia....

12 de enero de 1939: Libro 15

Nada en el mundo se compara con el sentimiento dichoso que la presencia del Señor desencadena en el corazón, y de ninguna manera el sentimiento puede ser explicado o descrito de antemano, y por lo tanto, tu hija Mía, debes ser paciente y sólo siempre esperar con fe el momento en que quiero hacerme morar en ti. Por lo tanto, deja que tus pensamientos divaguen hacia tu Señor, una y otra vez. Cuanto más anhelas este momento de felicidad, más pronto encontrarás la realización y tu alma podrá mirar de antemano hacia el reino de la paz eterna.

Cuando experimentas el momento de la unificación Conmigo, entonces tu corazón siente la dicha en tal exceso que te alejes de la tierra por un corto tiempo, y luego Mi Espíritu se derrama en ti y te ilumina, y desde ese momento en adelante tienes el don de ver todas las cosas brillantes y claras, las cuales de lo contrario están ocultos al ojo terrenal. Si, incluso se te revelará para qué suerte está destinada todavía la tierra. También podrás reconocer el estado espiritual de los seres humanos y poder leer en sus pensamientos, y esto será de una gran ventaja para ti en las horas de angustia, que el mundo quisiera prepararte.

Pero si tú puedes reconocer sus verdaderas intenciones, siempre harás lo correcto para detener sus intenciones. Y así tu obra sólo está planeada en toda medida cuando tu fuerza es extremadamente eficaz, es decir, cuando Yo Mismo puedo obrar a través de ti, cuando Me das el derecho de tomar posesión de tu cuerpo y tú te entregas completamente a Mi voluntad. Sólo el profundo amor por Mi dejará que la propia voluntad se aquiete y se entregue completamente a Mí y dejándome toda obra. Y entonces Mi fuerza obrará en ti y a través de ti en beneficio de la humanidad, para el rescate de innumerables seres de las tinieblas más profundas.... Y este tiempo ya no está lejos.... porque el tiempo de tu misión está cada vez más cerca y si quieres servirme fielmente, entonces esfuérzate y pide la perfección espiritual, para que pueda ser recibido en un corazón limpio y preparar en éste la mayor felicidad y bienaventuranza....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise