Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0458
0458 Felicidad.... Unificación con Dios....
10 de junio de 1938: Libro 10
Esa es la tarea más importante de la vida, que caminéis como agrada al Señor, porque sólo así podréis lograr que el Padre celestial os acepte como parte de Sí Mismo y os hagáis dignos de la luz y todas las alegrías del cielo.... Sígueme hijo Mío, a ese país que está por encima de toda la belleza en la tierra.
Se te abrirá un cuadro que se concederá a los verdaderamente piadosos cuando cierran para siempre sus ojos en la tierra para despertar allá en el más allá. Todas estas almas están llenas de un anhelo incomparable.... el entorno es tan sobremanera atrayente que cada alma en un estado de ánimo solemne espera el cumplimiento de ese anhelo, que sólo el Señor Mismo puede satisfacer con Su cercanía.... El anhelo de todas estas almas está más allá de todo entendimiento humano, pero el cumplimiento de este anhelo es completamente incomprensible para una mente humana, porque supera con creces en felicidad, todo lo imaginable.... Es una magia puramente celestial, una delicia y una bienaventuranza incomprensible....
Eso, lo que parece incomprensible para los hombres.... la unificación pura con la Deidad suprema es solo el epitome de lo que todos deberían esforzarse, porque solo esta trae consigo una recompensa tan feliz.... porque el estado más perfecto solo se logra en la unificación con Dios y porque esto ha sido el único objetivo de todos los seres desde el principio del mundo y lo será hasta toda la eternidad.... que todos los seres alguna vez apartados de Dios encontrarán su camino de regreso para reunirse con el Padre eterno como Sus verdaderos hijos.... y tal unificación solo puede tener lugar cuando el hijo en la tierra nunca hace otra cosa que cumplir la voluntad de Dios a través de la obediencia.... porque a través de esto alcanza un estado de perfección y le hace digno de la filiación de Dios.... Porque solo a través de esta podéis entrar en los reinos de la felicidad celestial, y la gloria del cielo sólo os puede ser concedida en la unión con el Padre celestial para la eternidad....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise