Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0437
0437 Amor y obras de caridad
27 de mayo de 1938: Libro 9
Haz siempre el bien y Yo seré tu recompensa, porque con cada buena obra me acercas más a ti. Lo mismo te encarecemos si quieres obtener Gracia divina ilimitada, pero en ese caso tienes que acompañar cada buena obra con el amor. Porque Yo sólo tengo en cuenta las buenas obras que nacen en el ámbito del amor.
Hija mía, en numerosas ocasiones cuesta mucho establecer la comunicación; ¿no te hace reflexionar el hecho que tu disposición no sea siempre la misma? Alguna vez debieras realizar, en vez de la oración diaria, una obra de amor, y la fuerza para la conexión, emanando de ella, te llegará más fácilmente. Lo que vosotros, los humanos, podríais realizar si hicierais más obras de amor es ilimitado. Seríais benditos ya en la Tierra; pero poco aprovecháis estas ocasiones que os traerían tanta bendición. Sin obras de amor no podéis esperar que el Señor os hable como un Padre a sus hijos. Si hacéis un sacrificio al Señor, movidos por amor hacia Él, también os llegará entonces la fuerza para continuar haciéndolos. Y crecerán vuestro espíritu, vuestra fe y vuestro entusiasmo.
Pero siempre tiene que hablar vuestro corazón. Penetrados de la Verdad divina y llevados por motivos sumamente nobles, debéis hacer todo lo posible para remediar la miseria del prójimo, para aliviarle, para traerle la paz y servirle, para servir a las criaturas y al Padre en el Cielo. Sólo aquel que sirve crece en espíritu; el orgulloso será rebajado. Únicamente si procuráis servir de esta manera llegaréis a experimentar el poder del amor en todos los resultados. Hay un campo de actividad enorme para cada cual; cultivar el amor con mucho esmero para que produzca el fruto que necesitáis tanto en la Tierra como en el Más Allá.
Y ahora entrégate a la custodia del Señor, cuéntale todas tus preocupaciones a su Corazón, y Él sabrá consolarte y no te privará de su ayuda.
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel