Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/0205
0205 El firmamento
28 de noviembre de 1937: Libro 5/6
Oh hija Mía, ¡mira el firmamento y el esplendor de sus estrellas! ¡Ni una sola de ellas es independiente de la Voluntad del Creador, y ni una sola puede tomar un camino diferente a lo que Él ha determinado!
Todos los fieles perciben la llamada de Dios y miran cada vez de nuevo este milagro del espacio. Si eres consciente del gran número de seres que el Señor hospeda en cada una de estas estrellas, entonces podrás hacerte una idea de la infinidad del cosmos.... del sinnúmero de seres que se subordina a su Voluntad y de su preocupación y actividad continuas para el bien de todos los que forman parte de la Luz eterna.
Oh, seres humanos, ¡no creáis que podéis haceros la menor idea de esta inmensidad, porque el ímpetu de la percepción de semejantes dimensiones os aplastaría! Aun así, el menor acontecimiento está controlado por el Padre mismo, y el menor ser es atendido conforme a su Voluntad; e incontables seres espirituales sumamente desarrollados están a su disposición para realizar todo que forma parte del Plan de la Creación divina.... No hay palabras que pudieran explicároslo. Vosotros no podéis hacer nada más que inclinaros ante la Grandeza y la Omnipotencia del Señor. Esto es todo lo que en vuestras condiciones en la Tierra podéis hacer ante el ímpetu de esta percepción....
Si el Señor os ha dado la Gracia de permitiros que dirijáis una mínima ojeada a su Gobierno, a su Reino y a las Obras que Él realiza, entonces ya os ha concedido una Bendición incalculable, porque a un hijo que se encuentra lejano de tal experiencia espiritual, que ni siquiera reconoce la Voluntad de Dios en los acontecimientos más ínfimos, le costará incomparablemente más reconocer la evidencia de sus efectos.
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel