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New formation of beings.... Army of creating spirits.... Problems....

The biggest problem for you to solve is.... how you can unite with the all-encompassing and love-giving Godhead, so that as a part of this eternal Godhead, you can also once possess unlimited, perfect power and join the army of creating spirits. Thus the wise plan of God is always directed towards the new formation of beings who always and constantly execute the will of the Lord out of their own free will in order to help countless less developed beings than these ruling powers to progress in infinity in a just and wise way, to let the beneficial environment arise for them again and thus to work united with the Godhead and yet unchanged by the Divine will....

Integration into the Divine order already means a union with the eternal Godhead, because everything then happens according to the will of God and again for the purpose of the higher development of all beings originating from God.... That is why every atom in the universe.... was created by the hand of God.... and is never ever worthless.... The measures that are applied to bring about a complete dissolution of atoms are more or less executions of his servant spirit-beings, likewise brought about by the will of God, in order to penetrate even the smallest judgement of creation and to lead it to it's intended purpose.

Everything that people do to dissolve matter to a certain extent, or to form it differently, is an intervention of the Divine will, which frees the beings bound in this matter, and offers them again in another form the possibility to go through the course of development determined for them. It is of extraordinary importance to extract from nature, which is constantly changing, the rules of life that are useful and beneficial to every being. Considering this, man will always have to recognize a wise Divine plan in every change of form.... be it on the ground or in the air....

Everywhere a slow but constant change is going on, which, however, always has the sole purpose to give the beings a redesign that develops them further. Nothing can stick to and on the earth in the long run.... The condition of a form is of a different duration, depending on the abundance of the life-spirits encapsulated in the form.... An employment of the Divine will changes the old form only when these life-spirits are able to fulfill their task in another arrangement of their accordint to their purpose.... and this always until they have reached the degree of maturity for the next stage.

Such change.... an emergence and passing, is to be constantly observed in nature, and exactly the same is also the condition of humans - the same law of God is imposed over the soul, according to which the soul can likewise leave this covering only then when it has reached a certain degree of maturity.... Life on earth has however only value if the reaching of this degree of maturity is consciously aimed at.... in contrast to all stages, which the soul had to exist in involuntarily before it's embodiment as human....

And so it must therefore be of the greatest value to consciously enter into contact with the Divine Creator, so that the millennia of struggle before would not been in vain and man now lives up to his last task in full knowledge of it and of out of his own free will.... That he turn this his will to the Godhead and subordinate it completely to the Divine will.... this alone is of blessing to the spirit, that his striving to unite with the Divine Father-Spirit, may be fulfilled. For God's wisdom and love has a task ready for everyone, which awaits him in eternity....

Amen

Nueva formación de seres

Vuestro mayor anhelo debiera ser el de uniros con la Divinidad que todo lo abarca con su Amor, para que también vosotros, que sois parte de esta eterna Divinidad, tengáis un día un poder absoluto e ilimitado y para que podáis integraros en el ejército de los espíritus creadores.

El sabio plan de Dios está orientado hacia la continua formación de nuevos seres que, siempre por propia voluntad, ejecuten la Voluntad del Señor, y que puedan ayudar en todo el infinito de manera sabia y justa al progreso de incontables seres menos desarrollados, creando cada vez para ellos el entorno conveniente. De esta manera actúan unidos con la Divinidad, eternamente dentro de una sola Voluntad, que es la divina.

La misma entrega al Orden divino ya significa una unión con la eterna Divinidad, porque así todo sucede conforme a la Voluntad de Dios, y todo ello sólo para el progreso de todas las entidades que han surgido de Él.

Cada átomo del universo tiene un valor eterno. Las medidas aplicadas para la completa disolución de los átomos son también, parcialmente, realizaciones de seres espirituales que están al servicio de Dios y que actúan dentro de su Voluntad, para permitir que esta misma Voluntad penetre en las partículas más ínfimas de la Creación y las conduzca a su objetivo. Incluso lo que los hombres hacen para disolver o transformar la materia es, en cierto sentido, una intervención de la Voluntad divina que libera las entidades cautivas en la materia y que luego, bajo otra forma, les da nuevamente la posibilidad de continuar su camino predeterminado de desarrollo.

Es de extrema importancia sacar en toda ocasión de las normas de la naturaleza, que está en continuo cambio, las ventajas específicas más indicadas para el fomento y desarrollo de cada ser. Al darse cuenta de ello, el hombre no podrá sino reconocer siempre el plan divino y sumamente sabio en cada transmutación de las formas, sea en el suelo o en el aire.

Por todas partes se produce una transformación lenta pero continua que siempre tiene por objeto dar a cada ser una forma nueva que le permita continuar su desarrollo. Nada puede perdurar apegado a la Tierra. Las formas son de diferente duración, según la de los espíritus vitales que envuelven. Cuando estos espíritus vitales están suficientemente maduros para poder cumplir en otra envoltura su tarea conforme a su finalidad, entonces y sólo entonces es cuando la Voluntad divina interviene y les da una forma nueva. Y así sucesivamente hasta que alcancen la madurez necesaria para su próximo estado de existencia. Este ritmo continuo entre formación y perecimiento es una característica de la naturaleza. Lo mismo pasa con el estado del hombre: Dios lo ha impuesto a su alma siguiendo esa misma ley. Al igual que en los estados anteriores, tampoco en éste el alma podrá abandonar su envoltura antes de alcanzar la necesaria madurez prefijada para ello. Pero contrariamente a todos los estados anteriores que el alma tuvo que soportar de manera pasiva antes de su encarnación como hombre, la vida terrenal solo puede tener un valor de realización si el grado de madurez se anhela conscientemente. De modo que es de la mayor importancia entrar en contacto consciente con el Creador divino, para que la lucha que duró milenios no resulte vana, y para que ahora el hombre lleve a cabo su última tarea con pleno conocimiento y libre voluntad. Que el hombre consagre esta voluntad suya propia a la Divinidad y la subordine enteramente a la Voluntad divina. Sólo esto favorece que el espíritu pueda realizar sus aspiraciones de unirse con el Espíritu divino del Padre. Pues la sabiduría y el Amor de Dios ya han preparado para cada cual una tarea que le espera en la eternidad.

Amén.