Es ist eine verständliche Frage, die euch beschäftigt, wenn ihr in der Wahrheit zu wandeln begehret. Daß sich überall Veränderungen ergeben haben, ist nicht zu leugnen, weil Ich dem freien Willen des Menschen keinen Zwang antue, wenn er selbst Veränderungen vornimmt, teils als Folge falscher Übersetzungen, teils auch durch den Sprachgebrauch veranlaßt, der überall anders ist und auch die verschiedensten Auslegungen begünstigt. Und würdet ihr auf den Urtext zurückgehen, so sind auch diese Aufzeichnungen voneinander abweichend, aber sie entstellen nicht Meine Lehre, sie geben Meine Worte so wieder, wie Ich sie gesprochen habe, weil diese Meine Worte unvergänglich sind und bleiben werden. Nun aber begehret ihr, zu wissen, wer von Mir aus beauftragt gewesen ist, Meine göttliche Liebelehre sowie Meinen Lebenswandel niederzuschreiben und Ich kann euch darauf nur antworten, daß Johannes.... Mein Lieblingsjünger.... den direkten Auftrag von Mir hatte und er sonach auch diesem Auftrag nachgekommen ist. Nun aber hat auch Mein Apostel Matthäus, der gleichfalls schreibkundig war, Schriften hinterlassen, doch mehr der irdischen Tatsachen Erwähnung getan, weshalb er Mir ein ebenso treuer Diener gewesen ist, doch es finden sich kleine Abweichungen bei seinen Aufzeichnungen, die aber nicht so zu erklären sind, daß jeder Schreiber die gleichen Ereignisse anders gesehen hat, sondern es handelt sich dann um doppelte Ereignisse, denn Ich habe oft das gleiche getan. Doch dieses Evangelium ist euch noch verborgen und ersetzt worden durch einen Jünger gleichen Namens, den der Geist Gottes getrieben hat, genau wie die Evangelisten Lukas und Markus, die erst in späteren Jahren aufgezeichnet haben, was sie hörten von Mir und Meinem Erlösungswerk. Ihr könnet nun euch auch darauf verlassen, daß sie unter dem Einfluß Meines Geistes standen, ansonsten sie niemals ein solches Werk in Angriff genommen hätten.... Und jedem geistgeweckten Menschen wird es auch möglich sein, die kleinen Abänderungen zu erkennen, die im Laufe der Zeit sich eingeschlichen haben, aber immer wird er sich halten können an Meine direkten Aussprüche, da Ich "Mein Wort" schütze vor Abänderungen. Zwar könnet ihr nun auch diese Meine Worte falsch auslegen, was ihr auch getan habt, und so den von Mir gesprochenen Worten eine andere Bedeutung gabet, die aber ein geistgeweckter Mensch immer erkennen wird als irrig. Und wenn ihr nun wisset, daß ihr bedenkenlos auch alle Evangelien als von Meinem Geist vermittelt annehmen dürfet, wenn ihr nur den Vorgang der Vermittlung in verschiedene Zeiträume verlegt, so ist wohl das Evangelium des Johannes das von Mir als erstes gegebene, weil Johannes gleichsam alles miterlebt hat und darüber auch am ausführlichsten berichten konnte. Doch auch den anderen Evangelien ist unbedenklich Glauben zu schenken. Denn sie widersprechen sich nicht, nur können sie im Laufe der Zeit kleine Ab (Ver) änderungen erfahren haben, die aber unbedeutend sind und erkannt werden. Wenn sich die Übersetzer streng an den Urtext halten, wenn sie nicht selbst die Worte ändern ihrem Sprachgebrauch entsprechend, so kann auch angenommen werden, daß die Evangelien sich rein erhalten, doch letzteres sollte unterlassen werden, weil dadurch der Sinn vollkommen verändert werden kann. Und auch die "Erläuterungen" erfordern einen geweckten Geist, es nützt dazu nicht das weltliche Studium, und ob es sich auch in geistigen Bahnen bewegt.... Und immer wieder werden solche "Erläuterungen" gegeben, die vom rechten Denken ableiten, und es gibt so manche Stelle, die eine rein menschliche Auslegung gefunden hat, während sie nur geistig zu verstehen ist.... was aber immer nur das betrifft, wozu diese Erläuterungen gegeben wurden.... Des freien Willens der Menschen wegen kann Ich es nicht verhindern, doch möglichst hüte Ich das Wort, das Ich zu Meiner Erdenlebenszeit gesprochen habe, auf daß euch darüber ein rechter Aufschluß werde, die ihr in der Wahrheit zu stehen begehrt.... Denn solche Fragen wird nur der Mensch stellen, dem es ernst ist, der sich nicht genügen lässet an einem Schrifttum, von dem er nicht den Ursprung weiß und er durch solche Fragen immer nur beweiset, daß er die reine Wahrheit liebt und somit auch Mich Selbst, Der Ich die ewige Wahrheit bin....
Amen
ÜbersetzerEsta pregunta que os preocupa es bien comprensible si deseáis moveros dentro de la Verdad. No se puede negar que por todas partes se hayan producido cambios porque Yo no intervengo en la libre voluntad del hombre cuando él mismo introduce modificaciones - en parte como consecuencia de traducciones erróneas y en parte también causadas por el uso del idioma que en todas partes es distinto y que a veces también facilita las interpretaciones más diversas. Y si volvierais a los antiguos textos originales, incluso entre estos se mostrarían diferencias, pero estas no alteran mi Doctrina sino reproducen mis Palabras tal como Yo las había pronunciado, porque estas Palabras mías son y seguirán siendo imperecederas.
Ahora deseáis saber quienes por parte de Mí estaban encargados de anotar mi divina Doctrina de Amor, como también mi modo de Vida. Ahí os digo que Juan –mi discípulo favorito– recibió el encargo directamente de Mí, de modo que él había cumplido directamente con este encargo. Pero también mi apóstol Mateo –el que también sabía escribir– había legado escritos, pero eso más bien refiriéndose a hechos terrenales, por lo que me resultaba en un escribiente igual de fiel. En sus textos se nota pequeñas diferencias, pero eso no se debe ver así como si cada escribiente hubiera visto los acontecimientos de otra manera, sino en estos casos se trata de acontecimientos repetidos en otras ocasiones, pues frecuentemente Yo había repetido lo mismo.
Pero este mismo Evangelio de Mateo todavía os resulta oculto, dado que fue reemplazado por él de un discípulo del mismo nombre al que el Espíritu de Dios incitó a escribir - igual que a los evangelistas Lucas y Marcos que sólo años después anotaron lo que oían sobre Mí y mi Obra de Redención. Podéis estar seguros de que ellos se encontraban en la influencia de mi Espíritu, porque de otro lado nunca habrían entamado semejante obra... Y cada hombre que tiene el espíritu despierto será capaz de reconocer las pequeñas modificaciones que con el tiempo se han introducido; pero siempre podrá atenerse a mis dichos directos porque Yo protejo mi Palabra contra modificaciones.
Aunque ahora también podáis interpretar estas Palabras mías erróneamente –lo que en otras ocasiones también hicisteis pues a las Palabras de Mí pronunciadas les atribuisteis un significado distinto–, pero entonces consta que un hombre que tiene el espíritu despierto siempre las reconocerá como erróneas...
Como ahora sabéis que sin las menores dudas podéis considerar todos los Evangelios como comunicados por mi Espíritu –si tan sólo os queda claro que el proceso de la Revelación está repartido en diferentes épocas– allí veis que el Evangelio de Juan fue el primero que Yo había comunicado; pues como Juan había presenciado todo, también podía informar lo más detalladamente sobre todo ello. En fin, también podéis tener toda confianza en los demás Evangelios pues no se contradicen sino con el tiempo pueden haber sufrido ligeros cambios que sin embargo son insignificantes pues pueden ser reconocidos.
Si los traductores se atienen rigurosamente a los antiguos textos originales y si no cambian las palabras conforme el uso del idioma, entonces se puede suponer que los Evangelios se mantienen puros; pero aun así hay que evitar estos cambios, porque estos pueden interferir considerablemente en el sentido. También la preparación de “explicaciones” requiere un espíritu despierto... para eso no sirve tener unos estudios mundanos aunque estos rocen caminos espirituales...
Pero cada vez de nuevo se encuentra “explicaciones” que desvían de un pensar correcto. Pues hay numerosos textos que han encontrado interpretaciones meramente mundanas, a pesar de que había que comprenderlos de manera puramente espiritual - lo que, por supuesto, siempre sólo se refiere al texto en cuestión, para el que las explicaciones habían sido preparadas.
Por la causa de la libre voluntad del hombre Yo no puedo interferir, pero a ser posible protejo la Palabra que Yo había hablado en mis tiempos en la Tierra, para que os la pueda comunicar a vosotros, los que deseáis vivir en la Verdad. Preguntas como esta siempre sólo hará el hombre que va en serio, el que no se conforma con lo escrito de lo que no conoce el origen... pero que mediante tales preguntas siempre demuestra que ama la pura Verdad - de modo que también me ama a Mí mismo, por ser Yo la eterna Verdad misma...
Amén.
Übersetzer