Kein Mensch ist sich der unerhörten Gnade bewußt, auf Erden leben zu dürfen, denn kein Mensch erkennt sein eigentliches Ich.... kein Mensch kann es ermessen, was er uranfänglich gewesen ist und was er durch ein rechtes Erdenleben auch wieder werden kann.... In unaussprechlicher Schönheit erstrahlte er einst, unbegrenzt war seine Licht- und Kraftfülle, und unbegrenzt war daher auch seine Seligkeit. Von einer solchen Seligkeit und Licht- und Kraftfülle aber kann sich kein Mensch auf Erden eine Vorstellung machen, und das Wissen allein genügt nicht, um die große Gnade zu fassen, die dem Wesen gewährt wurde, daß es sich verkörpern darf als Mensch, um aus einem frei gewählten Zustand wieder herauszukommen, den es selbst sich geschaffen hatte, der aber dieses vollkommenen Wesens ganz unwürdig ist.... Daß aber der Mensch es nicht fassen kann, ist wohlbedacht von Gott, ansonsten der Erdengang kein freies Entwickeln zur Höhe bringen könnte, sondern jedes Wesen zwangsmäßig zur Höhe triebe, was aber das Erreichen der Vollkommenheit ausschalten würde. Und so steht der Mensch gleichsam völlig blind in einem Gebiet, das er durchwandern muß, um zum Ziel zu gelangen. Und seine Blindheit würde ihn stets Irrwege gehen lassen, wenn sich kein Führer ihm beigesellte, der ihm seine Führung anbietet. Dieser Führer nun wird ihm sagen, was er erreichen kann, er wird ihm auch seinen mangelhaften Zustand als selbstverschuldet vorstellen und ihn immer wieder anspornen, diesen zu wandeln, aber auch er wird ihm volle Willensfreiheit lassen, seinen Vorstellungen Gehör zu schenken und seinen Lebenswandel entsprechend zu führen oder eigene Wege zu gehen. Aber kein Mensch braucht ohne geistige Führung durchs Leben zu gehen.... Und auch das ist wieder eine Gnade.... darum eine Gnade, weil einst das Wesen in hellstem Licht gestanden hat und sich freiwillig dieses Lichtes begab. Es hat also etwas Göttliches verschmäht, es hat abgewiesen, was Gottes große Liebe ihm schenkte, als Er das Wesen erschuf. Und es war dies eine Sünde, die gerechterweise zu völliger Verfinsterung führen mußte.... und gerechterweise auch ein Verscherzen von Gottes Liebe und Erbarmung bedeutete.... Doch die göttliche Liebe und Erbarmung versagt sich nicht ewig. Aber es ist und bleibt ein Gnadenakt, daß Gott diesen aus eigener Schuld Gefallenen wieder die Möglichkeit gibt, sich zur Höhe emporzuarbeiten, wenngleich dies in einer Weise geschieht, daß der Mensch selbst sich der Bedeutung seines Erdendaseins nicht bewußt ist. Aber Gott sucht ihm auch das Wissen darüber zuzuführen, nur ist "Wissen" und völliges "Erkennen" noch ein Unterschied, aber es kann der Mensch sich einen Erkenntnisgrad erwerben, daß er fähig ist, zu glauben, was ihm als Wissen unterbreitet wird. Doch ein einziger Blick nur in seinen uranfänglichen Licht-Zustand würde den Menschen unfähig machen zu weiterem Streben, denn er würde dann unter der Wucht seiner Sünde vergehen.... Er soll aber seinen einstigen Lichtzustand wieder erreichen. Darum ist ihm durch Gottes Liebe und Gnade auch jede Möglichkeit erschlossen worden, also er befindet sich in einem immerwährend-fließenden Gnadenstrom göttlicher Liebe, der ihn auch ans Ziel führen kann, wenn er sich ihm ganz überläßt, wenn er nicht "gegen den Strom schwimmt".... also inneren Widerstand leistet, jenen geistigen Führern gegenüber, die an seinem Vorwärtskommen überaus eifrig bemüht sind, aber doch ihm volle Freiheit lassen. Wer sich aber willig lenken und leiten lässet, der kommt seinem Urzustand immer näher, und bald erkennt er auch in seinem Geist die Wahrheit dessen, was ihm vorgetragen wird.... er erkennt die unendliche Liebe und Gnade Gottes, und dann unterwirft er sich demütig dem von ihm erkannten Gott und Vater, und er verlangt nach Ihm mit allen Sinnen.... Dann kann er schon von einem kleinen Licht der Erkenntnis durchstrahlt werden, das aber nur ein schwacher Abglanz ist des Urlichtes, das ihn einstens gänzlich durchstrahlte.... Dann aber war die ihm geschenkte Gnade der Verkörperung als Mensch nicht wirkungslos, und dann ist er zurückgekehrt zum Vater, von Dem er sich auch in Ewigkeit nicht mehr zu trennen vermag, denn die Liebe hat ihn nun unlöslich mit der Ewigen Liebe verbunden....
Amen
ÜbersetzerNadie es consciente de la fabulosa gracia, de poder vivir en la tierra, porque nadie reconoce su “yo” verdadero... nadie puede averiguar lo que era originalmente y en lo que puede volver a ser a través de una vida terrenal, correctamente vivida... Él una vez brilló con una belleza indescriptible, su abundancia de luz y fuerza era ilimitada y, por lo tanto, su dicha también era ilimitada. Pero ningún ser humano en la tierra puede imaginarse tal dicha y abundancia de luz y fuerza, y el conocimiento por sí solo no es suficiente para captar la gran gracia que le fue otorgado al ser, para que pueda encarnarse como humano, para salir de un estado libremente elegido que se había creado él mismo, pero que es completamente indigno frente a este ser perfecto...
Pero que el hombre no pueda comprenderlo es bien considerado por Dios, de lo contrario, el camino terrenal no podría traer ningún desarrollo libre hacia arriba, sino que conduciría a cada ser compulsivamente hacia arriba, pero lo que a su vez descartaría el logro de la perfección. Y así la persona se queda, por así decirlo, completamente ciega en un área que tiene que atravesar para alcanzar la meta. Y su ceguera siempre lo dejaría ir por mal camino si no iba acompañado de un guía que le ofreciera su guía. Este guía ahora le dirá lo que puede lograr, y también le presentará su mal estado como auto infligido y lo alentará una y otra vez a cambiarlo, pero también le da plena libertad de voluntad para escuchar sus ideas y llevar su propia forma de vida en consecuencia o seguir el propio camino.
Pero ninguna persona necesita pasar por la vida sin guía espiritual... Y eso es nuevamente una gracia... y por lo tanto una gracia porque el ser una vez estuvo en la luz más brillante y se apartó voluntariamente de esta luz. de modo que ha despreciado algo divino, ha rechazado lo que el gran amor de Dios le donó cuando creó el ser. Y esto era un pecado que justamente tenía que llevar a un oscurecimiento completo...y justamente también significaba perder el amor y la misericordia de Dios...
Pero el amor divino y la misericordia no se niegan para siempre. Pero es y sigue siendo un acto de gracia que Dios nuevamente dé a los que han caído por su propia culpa la oportunidad de abrirse camino hasta la cima, aunque esto sucede en una manera, en que el hombre por sí mismo no es consciente de la importancia de su existencia terrenal. Pero Dios también trata de proporcionarle el conocimiento al respecto, solo que entre “conocimiento” y pleno “reconocimiento” todavía existe una diferencia, pero el hombre puede adquirir un grado de reconocimiento que le permita creer lo que se le presenta como conocimiento.
Pero una sola mirada a su estado de luz original haría al hombre incapaz de seguir esforzándose, porque entonces perecería bajo el peso de su pecado... Pero debe volver a alcanzar su antiguo estado de luz nuevamente. Por eso se le han abierto todas las posibilidades a través del amor y la gracia de Dios, por lo que se encuentra en un arroyo constante de gracia del amor divino, que también puede llevarlo a su meta, si se entrega por completo a este, si no “nada contra la corriente”, que él les ofrece resistencia interior frente a esos guías espirituales, que están extremadamente ansiosos en su avance, pero aún así le permiten plena libertad.
Pero quien se deja dirigir y guiar de buena gana se acerca cada vez más a su estado original, y pronto también reconoce en su espíritu la verdad de lo que se presenta... él reconoce el amor y la gracia de Dios, y luego se somete humildemente al dios y padre que reconoció, y Lo anhela con todos sus sentidos... Entonces ya puede ser atravesado por una pequeña luz de reconocimiento, pero esta es solo un débil reflejo de la luz primordial que una vez irradiaba completamente a través de él... Pero entonces la gracia de la encarnación que se le dio no fue ineficaz, y luego regresó al Padre. De Quien ya no puede separarse en la eternidad, porque el amor ahora lo ha conectado inseparablemente con el Amor eterno...
amén
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