So vernehmet die Stimme des Herrn und achtet ihrer: Ihr beraubet euch der größten Gnade, sofern ihr die Unsterblichkeit der Seele anzweifelt, denn in der Voraussetzung, daß das Leben sein Ende gefunden hat mit dem Ableben des irdischen Körpers, begehret ihr nichts, was für die Ewigkeit Bestand hat. Ihr seid also gleichsam zufrieden mit der Versorgung eures Leibes auf Erden und erbittet euch keinerlei Hilfe für das Leben nach dem Tode. Und ihr bedenket nicht den Geist, sondern begnüget euch mit dem, was nur dem Körper zuträglich ist. Und so ihr nicht bittet, kann euch die Hilfe nicht gewährt werden. Das Leibesleben beschließt ihr dann wohl mit dem Tode des Körpers, nicht aber das Leben der Seele. In einer Gestaltung, die euer Lebenswandel auf Erden selbst bestimmt, wird der Seele neuer Aufenthalt entsprechend diesem Leibesleben sein, ihr werdet nichts mehr aus eigener Kraft vermögen, jedoch genau wie auf Erden eure Sinne gebrauchen und also Freude und auch Leid empfinden, und dies ist jeder Seele unabwendbares Los, daß sie die gerechte Sühne oder den gerechten Lohn auf sich nehmen muß und ihm nicht entgehen kann. Und es ist deshalb von größter Bedeutung, auf Erden mit dem Fortleben der Seele zu rechnen, weil ohne den Glauben daran der Mensch nicht die Gnade Gottes in Anspruch nimmt, d.h., er glaubt, göttliche Hilfe nicht zu benötigen, und richtet alles Denken und Tun nur auf die Erfüllung irdischer Pflichten, und dies läßt ihn in argen Rückstand kommen, so er um geistigen Verdienst befragt wird in der Ewigkeit.... Nichts bedrückt die Seele mehr als ungenützte Möglichkeiten des Erdenlebens.... Und ungenützt für die Ewigkeit wird jedes Erdenleben bleiben, so ohne Glauben an ein Fortleben der Seele auch der Begriff "Ewigkeit" unfaßlich ist für den Menschen, denn wer sorget für die Ewigkeit, so ihm einfach der Glaube daran fehlt?.... Und also gehet eine Seele wohl irdisch zur Ruhe ein, kann sich aber nur dann im Frieden des Himmels sonnen, wenn sie auf Erden rastlos tätig war für das Leben im Jenseits. Oder aber sie muß auf mühevollem Wege nun dahin zu gelangen suchen, was ihr als noch im Fleischleib ums Vielfache leichter gefallen wäre. Und so rufe Ich allen Zweiflern auf Erden zu: Gedenket des Lebens nach dem Tode, und lebet nicht im Irrwahn, daß mit dem Tode des Leibes alles zu Ende sei.... sondern wisset, daß ja dann erst das rechte Leben beginnt.... wisset, daß ihr auf Erden nur eine Probezeit zu bestehen habt, daß aber dann erst das eigentliche Leben einsetzt und dieses Leben völlig abhängig ist davon, wie ihr das Erdenleben genützet habt. Denn es ist die Gewißheit furchtbar für die Seele, daß sie das Erdenleben vorübergehen ließ und nun am Eingang in das Jenseits ihre Armut an geistigen Schätzen erkennen muß. Und darum nützet das Leben, solange ihr noch im Vollbesitz eurer Kräfte seid, und erbittet euch die Gnade unaufhörlich, denn sie allein ermöglicht euch den geistigen Fortschritt und macht euch den Weg frei in die ewige Heimat....
Amen
ÜbersetzerOíd, pues, la voz del Señor y prestad atención: os priváis de la mayor gracia si dudáis de la inmortalidad del alma, porque suponiendo que la vida ha llegado a su fin con la muerte del cuerpo terrenal, nada deseáis lo que dure para la eternidad. Así que estáis, por así decirlo, satisfechos con el cuidado de vuestro cuerpo en la tierra y no pedís ninguna ayuda para la vida después de la muerte. Y tampoco consideráis el espíritu, sino que os contentáis con lo que solo es bueno para el cuerpo. Y si no pidáis, no se os puede conceder la ayuda. Entonces termináis probablemente la vida corporal con la muerte del cuerpo, pero no la vida del alma.
En un forma que determina vuestro modo de vida en la tierra misma, la nueva estancia del alma será conforme a esta vida corporal, ya no seréis capaces de lograr nada por vuestra propia fuerza, pero tal como en la tierra usaréis vuestros sentidos y por lo tanto sentiréis alegría y también tristeza, y este es el destino inevitable de cada alma que tiene que aceptar la justa expiación o la justa recompensa y no puede escapar de ella. Y por eso es de suma importancia contar con la existencia del alma ya en la tierra, porque sin creer en ella el ser humana no reclama la gracia de Dios, es decir, cree que no necesita la ayuda divina y dirige todos los pensamientos y acciones sólo en el cumplimiento de los deberes terrenales, y esto hace que se retrase mucho cuando se le pregunta acerca del mérito espiritual en la eternidad....
Nada oprime más al alma que las posibilidades no utilizadas de la vida en la tierra.... Y cada vida terrenal permanecerá sin usar por la eternidad, incluso si el término “eternidad” es incomprensible para el hombre que no cree en la existencia continua del alma, porque, ¿a quién le importa la eternidad cuando simplemente carece de la creencia en ella?.... y así un alma probablemente va a descansar en la tierra, pero solo puede disfrutar de la paz del cielo si ha estado incansablemente activa en la tierra para la vida en el más allá. O ahora debe tratar de llegar allí por caminos arduos, lo que habría sido mucho más fácil para ella en el cuerpo de carne y hueso.
Y entonces llamo a todos los que dudan en la tierra: Pensad en la vida después de la muerte y no viváis en la ilusión de que todo terminará con la muerte del cuerpo.... pero sabed que solo entonces comienza la vida correcta.... sabed, que solo tenéis que pasar un periodo de prueba en la tierra, pero que solo entonces comienza la vida real y esta vida depende completamente de cómo habéis usado la vida terrenal. Porque es terrible para el alma la certeza de que dejó pasar la vida terrenal y ahora a la entrada al más allá tiene que reconocer su pobreza de tesoros espirituales. Y, por tanto, aprovechad la vida mientras os halléis todavía en plena posesión de vuestras fuerzas. Y seguid pidiendo la gracia, porque sólo ella os permite progresar espiritualmente y os abre el camino hacia la patria eterna....
amén
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